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La Real debe creer que puede jugar la Champions

La victoria de la Real Sociedad en el Martínez Valero contra el Elche le mete de lleno, de nuevo, en la pelea por la Champions League. Sí, se que son palabras mayores. Siempre lo ha sido, no crean. Y para conseguirlo hay que llegar a un número de puntos sencillamente impresionante, un límite de puntuación que el equipo txuri-urdin ha alcanzado en contadas ocasiones. Pero esta temporada puede ser una de esas oportunidades en las que puede volver a lograr lo que parece imposible. Porque conscientes de la dificultad que conlleva un reto de semejante altura como es terminar entre los cuatro primeros clasificados de LaLiga, creo que el equipo de Imanol Alguacil debe creerse que de verdad puede jugar la Champions League. Porque creer es el primer paso para soñar. Y llegados a este punto de la temporada, alcanzados los 54 puntos a falta de siete jornadas para el final, con los puestos de Champions a tres puntos, los donostiarras se han ganado el derecho a creer. A soñar a lo grande.

Esto va de echar el resto en los últimos siete partidos con las miras más altas posibles, y luego ya veremos hasta donde llega. Pero no se merece que nadie le ponga freno a sus ilusiones, porque este equipo, con una temporada gigante, superando baches de todo tipo, se ha ganado por derecho propio sentarse en la mesa de los candidatos al premio gordo del año. Ojo, no significa esto que en caso de no terminar entre los cuatros primeros al final del curso, vayamos a hablar de decepción o algo parecido. Para nada. Pase lo que pase, debemos estar orgullosos de lo que haga esta Real.

Lo que pasa es que, viendo tan cerca esos puestos de honor, y teniendo en cuenta que debe enfrentarse a cuatro rivales directos en esa lucha en las siete ultimas jornadas (Betis, Barcelona, Atlético y Villarreal), no hablar de la Champions me parece ridículo. Otra cosa es que reconozcamos que no es el objetivo, porque no lo es. Ni al principio, ni ahora que parece tan cerca. Es una nueva ilusión a la que tienes que estar obligado a mirar. Porque por encima de todo hay que ser ambicioso. Y la Real lo puede ser. Y en el camino hacia la Champions, lo normal es que lleguemos a la Europa League. Y si pasa eso, tan contentos y orgullosos de que hizo este equipazo. Pero miremos a la Champions, por favor; sabiendo la entidad de los rivales invitados a esa ‘fiesta’.

La Real se ha ganado el derecho a pelear con los mejores gracias a triunfos tan trabajados e importantes como el logrado contra el Elche. Por la forma y por su significado. Se superó un inicio horrible de partido, con momentos de fútbol realmente brillantes, remontando el gol inicial del Elche, incluso perdonando un penalti, logrando vencer la posible apatía de pensar que se iba a ganar sin bajar del autobús, y sabiendo sufrir en los momentos más delicados del partido. La Real tuvo una actuación muy completa, aunque el resultado no lo acredite así.

Pero por encima de todo, de la victoria sale ganando, sobre todo, Imanol Alguacil, demostrando con su lectura de partido el tremendo crecimiento que ha evidenciado como entrenador desde que llegara al primer equipo de la Real; David Silva, que ofreció todo un clinic de cómo jugar entre líneas y diciendo a todo el mundo que a este nivel están tardando en renovarlo; y Alexander Sorloth, cuajando otra actuación notable como referencia y por fin marcando otro gol. El noruego está empezando a hacer dudar a la gente de la Real sobre el pago de su opción de compra. 16 millones son muchos, pero si sigue evolucionando así, negociarla igual no es descabellado.

Y dejo para el final a nuestro Alexander Isak. Mereció el gol que el penalti le negó. Pero un profesional como él debería saber la norma de la 'paradinha' delante del balón. Aprenderá para la siguiente, pero eso debería estar ya aprendido. Sea como fuere, esta Real está más viva que nunca en toda la temporada, preparada para soñar a lo grande. Sueña, por favor; no te pongas freno, que sea el fútbol quien nos diga hasta donde nos lleva ese sueño.