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Simeone no tuvo a Xavi, Iniesta y Messi

Dentro del intercambio de cortesías que fueron las declaraciones previas al City-Atlético de esta tarde, pórtico de una eliminatoria con mucho jugo, Simeone soltó algo que se podría interpretar como una carga de profundidad: “En los equipos donde me ha tocado estar nunca he tenido la posibilidad de tener a los Xavi, los Messi, los Iniesta… Todos jóvenes. Más allá del gran talento que tiene Guardiola, tuvo la suerte de estar acompañado por buenos jugadores”. La frase tiene su intención, pero sugiere una pregunta: ¿se hubiera sentido cómodo Simeone con esos jugadores? ¿Se hubieran sentido ellos tan cómodos con él como con Guardiola?

Aunque Guardiola tachó de estúpido el debate sobre estilos, siempre está presente, y en este caso más. El fútbol es, entre tantas cosas y casi por encima de todas las demás, un tema de conversación y bastará con sentarse este mediodía en cualquier restaurante de Madrid o Barcelona y afinar el oído para constatar que para la mayoría lo que se enfrenta en esta eliminatoria son dos concepciones del juego. Simplificando, una sería la que pretende llevar la iniciativa y la otra la que prefiere cedérsela al otro y esperar a que se equivoque. Desde luego, quienes resuelven son los futbolistas, pero cada entrenador los elige y los instruye según un plan u otro.

Y los modelos de Guardiola y Simeone son antagónicos, por más que los dos se hayan movido algo desde su primera y más genuina versión. Lejos de Xavi, Iniesta y Messi, Guardiola ha hecho buen fútbol en el Bayern y en el City, pero sin aquella música de violines y con más brío. Simeone ha ido fichando mejores jugadores y el Atlético de hoy es menos siderúrgico, menos áspero. Pero siguen siendo escuelas antagónicas en busca de un mismo fin: ganar. Pasará la eliminatoria, la pasará uno de los dos, pero el debate sobre estilos seguirá porque también al fútbol le cabe aquello que dijo El Guerra del mundo del toro: la verdad está muy repartida.