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Tres de Courtois y una del árbitro

El partido de Balaídos era de alto riesgo para el Madrid y de alto interés para LaLiga. Si después de la estrepitosa caída ante el Barça el líder hubiera cedido puntos esta jornada hubiera ganado credibilidad la persecución del Barça. Pero no fue así, el Madrid salvó el trance por tres grandes paradas de Courtois más un penalti regalado por González Fuertes, que como era el tercero llovió sobre mojadísimo, más si recordamos que al Celta además de sufrir tres penaltis le fue anulado un gol, vía VAR. Bien anulado, pero jugada difícil, de las que se producen poco.

El primer penalti lo fue, sin duda. Clásica melonada de delantero que comete una imprudencia en su propia área. El segundo para mí también: quiebro seco de Rodrygo a Murillo, que le mete un pie en el que tropieza. ¿Hace Rodrygo por ello? Me pareció que no. El tercero es pura fabricación de Mendy, que recorta a Kevin y en lugar de seguir el balón envía su pie izquierdo en busca de la pierna del céltico. González Fuertes picó y como el dichoso protocolo descarta que cuando hay contacto no se avise al árbitro (no sé por qué) nos quedamos sin saber si ese penalti hubiera pasado el examen de la revisión de la ‘sala brumosa’. Yo sospecho que no.

En cuanto al gol del Celta, Iago, en fuera de juego, protege el balón para que pase la raya y no lo pueda despejar Alaba. Eso es lo que vi yo y vio también la sala brumosa, que avisó a González Fuertes, que lo anuló. Para el Celta, claro, fue frustrante. Le cayó cruz en todas, en las que eran y en la que no era, y así se le escapó un partido en el que jugó por encima del Madrid, sobre todo a la vuelta del descanso. Para el Madrid son puntos de tranquilidad, pero su juego parece a la deriva desde que cambió su idea de esperar y contraatacar por la de presionar arriba. Más valiente y acorde con la historia del club, pero me temo que le falta fuelle para jugar así.