Alemania vuelve a encontrarse con su verdugo

La cara de Hansi Flick era un poema cuando su viejo conocido, el mítico Lothar Matthäus, situó a la Mannschaft en el grupo que ya encabezaba la Selección española. Demasiados recuerdos amargos, demasiadas decepciones a lo largo de las últimas décadas, demasiada España. Un único triunfo en los siete últimos enfrentamientos de los alemanes contra La Roja. Entre ellos la final de la Eurcopa de 2008, la semifinal del Mundial de 2010 y el set en la Liga Naciones que supuso el principio del final de la era de Joachim Löw al frente de la tetracampeona del mundo. El respeto en Alemania por la Selección es mayúsculo.

Pero tan solo basta contar las estrellas que figuran encima de su escudo para saber que Alemania siempre es peligrosa, sobre todo en una gran cita como será la de diciembre y con Flick al frente. El artífice del Bayern del sextete tan solo ha necesitado unos meses para estampar su sello sobre una Mannschaft que anduvo muerta en la etapa final de Löw. Flick la resucitó y está en pleno proceso de convertirla en el mismo rodillo que fue su Bayern en 2020. Asumen que no serán favoritos contra los de Luis Enrique. Y quizá sea justo lo que necesiten para renacer una vez más de sus propias cenizas.