El Barça reacciona a tiempo
Sigue habiendo mucha distancia entre Real Madrid y Barcelona, pero las campeonas de Europa tuvieron que arremangarse en Valdebebas para superar al Real Madrid en un 1-3 que no refleja con justicia lo que pasó en el terreno de juego. Refleja el resultado la distancia en la calidad de las jugadoras (tener a Patri Guijarro y a Alexia no tiene precio) y el tiempo que lleva el Barça trabajando en este proyecto. Pero el Madrid dio la cara en todo momento y colocó al Barça en una situación hasta ahora desconocida para las de Giráldez. Nunca se había visto esta temporada a las blaugrana tan incómodas como ayer en Valdebebas en el primer tiempo.
El Real Madrid se acerca despacio, pero constante, a base de pundonor al nivel de un Barcelona que salió a Valdebebas contagiado del ambiente general -lógico, por otra parte- de que nadie daba un duro por la clasificación de las jugadoras de Alberto Toril. El partido por parte de las jugadoras blancas, que volvieron a vestir de negro para caer ante las blaugrana que vestían con la senyera, fue más que notable. En la primera parte se comieron al mejor equipo del mundo, que jamás encontró su sitio sobre el césped.
Conscientes de que en una eliminatoria a dos partidos sus opciones disminuían exponencialmente, a las de Toril les quedaba jugar un partido de ida en casa plantando cara a un equipo que a todas luces es inmensamente superior a ellas. Lo lograron, pero el despliegue físico les acabó pasando factura ante un equipo de leyenda que se puso las pilas en la segunda parte y que gracias a un gol de penalti de VAR anotado por Alexia minó la moral de un trabajo estajanovista de las blancas.
Cuando ante el Barça de Giráldez estás aguantando un resultado tanto tiempo, la tensión mental es tan exigente que en cuanto recibes un gol en contra, el castillo se desmorona. Y nadie como Patri Guijarro, Graham y Alexia para leer las debilidades del rival. Ese el momento favorito de un Barça, que cuando huele el desconsuelo en las rivales no perdona. Claudia Pina marcó el segundo y Alexia, con el Madrid roto, el tercero sentenciando una eliminatoria a la que le queda una fiesta en el Camp Nou. 90.000 personas en un partido de fútbol femenino debe tomarse como una victoria de todas.