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El Real Madrid no comparece en el Clásico

Un desarrollo inesperado. El Barça pasó por encima del Real Madrid en el Clásico con una facilidad que ninguno esperábamos. Un resultado doloroso para los blancos y que fue casi la mejor noticia, porque solo la brillante actuación de Tibu Courtois evitó que la goleada llegara a mayores.

Un plan fallido. El plan inicial de Ancelotti no funcionó. Sacar a tu mejor generador de juego de su posición predilecta para ponerlo de falso nueve, con la idea de que este descendiera de su posición y generar superioridad numérica en el centro del campo, no se pudo dar. Primero, por el hecho de que tanto Piqué como Eric García saltaban a cualquier zona a por el croata, ya que no tenían ninguna amenaza a sus espaldas, zona más vulnerable de ambos y que el Madrid no castigó en ningún momento. Y segundo, porque Kroos y el propio Luka fueron los encargados de saltar a la presión sobre los centrales rivales, no siendo ni lo suficientemente rápidos ni agresivos como para obtener el premio del robo o forzar el error.

Un Madrid demasiado encerrado. Esto sumado a que la línea defensiva se quedaba muy atrás cuando se iniciaba un intento de presión, provocaba que los costados de Casemiro fueran una autopista para los volantes blaugrana. Pedri y De Jong siempre estaban demasiado solos en cuanto el Barça giraba el juego de lado a lado. Este efecto dominó continuaba con los saltos desde la línea defensiva de Alaba y Militao hacia los respectivos volantes, que siempre eran tardíos por la gran distancia a recorrer, y dejando un espacio enorme a sus espaldas, que era aprovechado por Ferran y Aubameyang.

Problemas en la profundidad. Esta fue la consecuencia final de este efecto dominó generado por los desajustes, sorprendiendo lo abiertos que estaban los laterales y que no cerrasen cuando los centrales salían de zona. Nacho y Carvajal tuvieron muchos problemas con los balones profundos hacia los movimientos en diagonal desde fuera hacia adentro de los puntas culés. Lo dicho, estaban demasiado abiertos y no guardaban la espalda de los centrales cuando salían.

Solución sin éxito. Carletto, que siempre suele mostrar un gran sentido común, agitó el árbol en la segunda mitad recurriendo a poner tres centrales, que se emparejaban hombre a hombre con los atacantes de Xavi. Esto añadido al hecho de que tanto Alaba como Militao seguían con la idea de defender hacia adelante cada jugada, acabó con el Barça haciendo dos goles y perdonando otros tantos en los primeros minutos del segundo acto.

Conclusiones. Excelente puesta en escena del Barcelona sacando a relucir las costuras de un Madrid que debe sacar conclusiones sobre si es un equipo preparado para defender hacia adelante durante muchos minutos, sobre las distancias de relación entre los centrales y los laterales, y sobre el tipo de partido que se necesita hacer para ser competitivo los días de la verdad, con el Chelsea en el horizonte cercano de la Champions League.