Araújo y su cabezazo a lo Puyol

Seguramente, la jugada pasó desapercibida, pero la única vez que Vinicius encaró a Araújo mano a mano, sin ayudas, en una acción a mitad de la primera parte, cuando todavía el marcador estaba equilibrado, el uruguayo engulló al brasileño de un bocado. Fue una buena fotografía del Clásico. Por resumir, Araújo aplastó a Vinicius; Xavi desarboló a Ancelotti; y el Barça bailó al Madrid de manera sorprendente..., o no tanto.

El Barça transmitió una sensación de superioridad insultante desde el inicio. La cuestión podía explicarse desde la izquierda, donde el triángulo Alba-Pedri-Ferran desnudaba el sector derecho del Madrid; pero también desde la derecha. Allí, Frenkie de Jong se filtraba detrás de los interiores blancos y Dembélé, futbolista fuera de catálogo que obliga a cualquiera a vivir los partidos desde un tobogán, jugueteó con Nacho hasta que Aubameyang hizo el 0-1. Araújo no tenía suficiente con Vinicius. Hizo el 0-2 en la misma portería en la que Puyol marcó el día del 2-6 después de un servicio de... Xavi. Luego, el Barça disfrutó como solía en el Bernabéu. Tanto, que Piqué se paseaba por el área buscando aquel 0-5 que un día le robó Munir. Ahora que no pudo con el PSG, el Barça le gritó a Messi que vuelve a alcanzarle. Un nuevo tiempo asoma. Cuando el Barça mezcla el histórico respeto a su idea de juego con los valores de un equipo, es imparable. Y si Araújo se viste de Puyol, vuela.