El mejor momento del Real Valladolid… y de Pacheta
Pocos pueden poner en duda que el Real Valladolid está pasando por su mejor momento de la temporada. Los números son el fiel reflejo de la situación de bonanza y prosperidad del equipo de Pacheta; 12 goles en los últimos tres partidos, el equipo más goleador de liga, el mejor en puntuación de los últimos veinte partidos. El Real Valladolid vive días de vino y rosas, pero sobre todo de goles; goles que llevan además la rúbrica de los que en un principio no se contaba para esta tarea, hasta 18 jugadores diferentes han visto y probado el sabor del gol este curso.
Efectivamente, los datos ponen de manifiesto el gran momento del Pucela, pero por encima de los números, a veces fríos y otras veces calientes, están las sensaciones; hoy tenemos la percepción de que el equipo funciona y está enchufado, conectado a la corriente, eléctrico y con una base de potencia constante que nos llena de optimismo. En Tenerife el equipo hizo un partido de equipo grande y poderoso; muy adulto en la primera mitad, no se dejó intimidar por el ambiente, efectivo de cara a portería, y sobre todo, muy responsable. Y todo eso sin tres de sus grandes pilares esta temporada. La segunda parte fue de mucho mérito del equipo y sobre todo de Pacheta, el ideólogo y artífice principal del resultado final. Acertó de pleno con los cambios ante la estupefacción de muchos, entre los que me incluyo. Pocos hubieran imaginado que el Real Valladolid pudiera terminar el partido con Plata como delantero, e Iván Sánchez en la media punta. Y no sólo eso, sino que las entradas de Morci y Hervías le dieran también un resultado tan óptimo. Todo eso pasó por la cabeza de Pacheta, y todo le salió tal y como lo tenía planeado.
Llegamos al kilómetro 31 de la maratón enfilando la cuesta del Tartiere con el impulso de la confianza. El equipo no estará solo en Oviedo, los aficionados más talluditos y entraditos en años, no muchos, recordarán a los más pipiolos que significa la visita del Pucela a la capital del Principado. Mayo de 1996, así empezarán la historia... y todo esto en el mejor momento del Real Valladolid... y de Pacheta.