El Betis sueña con más en la Europa League y el sorteo de los octavos de final de la competición le entregó más esperanzas para ello. Se medirá al Eintracht Francfurt para acercarse un poco más a esa final del Sánchez-Pizjuán que genera cada vez más ilusión en Heliópolis. Había quizás algunos cocos a evitar. Pero el equipo de Pellegrini se convirtió ya en uno de ellos. Nadie quiere medirse a un plantel en el que Canales no cesa de inventar y Fekir de golpear. Inmerso en tres competiciones, Europa se convirtió en aliciente y no en problema. Superar el Zenit eleva la ambición de este equipo. Retar al Eintracht supone multiplicarla.

En Heliópolis no había prioridades para estos octavos. El Eintracht, sin grandes nombres a nivel de plantilla, está en tierra de nadie en la Bundesliga y pretende demostrar que su primer puesto de la fase de grupos no fue ninguna casualidad. Rafael Borré, ex de Atlético y Villarreal, está firmando una brillante campaña al lado de bazas creativas como Kostic y Kamada. Atrás, manda el cotizado central francés Evan Ndicka. No teme nombres el conjunto verdiblanco. Pero quizás sí su acumulación de cansancio tras los signos de fatiga mostrados en sus últimos envites.

Más allá de argumentos futbolísticos que quizás sufran altibajos, el Betis sostiene su candidatura a todo sobre la figura de su técnico, un Manuel Pellegrini que insistió en apostar por todo. Pese a tener una final de la Copa del Rey cerca de ser alcanzada. Pese a querer proteger esa zona Champions por la que se pasea en LaLiga. El chileno también quiere trasladar ese sentimiento de euforia a Europa con Fekir y Canales como armas letales llamadas a seguir cazando proezas. Hay fundamentos para la esperanza a las puertas de una eliminatoria ante el Eintracht Francfurt que puede pausar ambiciones o dispararlas en esta campaña de órdago.