TOMÁS RONCERO

Kylian, vente pa'España, tío...

El bueno de Mbappé lleva meses soportando un ninguneo de su propio club que no será sanado a base de petrodólares. Su venganza se está cociendo a fuego lento.

Kylian Mbappé, jugador del PSG.
JESUS ALVAREZ ORIHUELA
Tomás Roncero
Nació en Villarrubia de los Ojos en 1965. Subdirector de AS, colaborador del Carrusel y El Larguero y tertuliano de El Chiringuito. Cubrió los Juegos de Barcelona 92 y Atlanta 96, y los Mundiales de Italia 90, EE UU 94 y Francia 98. Autor de cuatro libros: Quinta del Buitre, El Gran Partido, Hala Madrid y Eso no estaba en mi libro del Real Madrid.
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Hay un grupo de rock andaluz, La Madre que los parió, que causó furor en su día con un tema titulado Vente pa'España, tío. Esa misma expresión se la trasladaría yo a Mbappé. El bueno de Kylian lleva meses soportando un ninguneo de su propio club que no será sanado a base de petrodólares, como creen ingenuamente el Emir de Qatar y sus fieles allegados. A Mbappé se le gana con detalles y cariño personal, no con fajos de billetes. Hasta Pochettino ha echado sal en la herida al insistir en que "Messi es el mejor del mundo". Si yo fuese Kylian le enviaría el vídeo del PSG-Real Madrid del 15 de febrero. Al menos le sacaría los colores...

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Desde que Messi aterrizó en París en verano, todos los movimientos del PSG van dirigidos a ensalzar la figura del rosarino y a ningunear la jerarquía institucional y futbolística del parisino. Debe ser verdad eso de que "nadie es profeta en su tierra". El pecado de Mbappé es llevar un saco de goles y asistencias que han dejado en evidencia la pobre aportación de Messi y de Neymar, protegidos por su entrenador pese a sus ínfimas prestaciones.

Mbappé ha visto como el día del Madrid él se convirtió en el salvador con su gol en la foto finish, apartando de la foto borrosa a Messi, que erró el penalti que habían hecho a la estrella francesa. En Nantes fue Neymar el que falló su lanzamiento, con Mbappé de testigo en la frontal del área. Ese es su rol en el club de Al-Khelaïfi: el tercero de la lista, la discreta 'Medalla de Bronce'. Su venganza se está cociendo a fuego lento. El ninguneo tiene fecha de caducidad (30 de junio). Desde el 1 de julio, el que se va a reír sin disimulos es Mbappé. Eres grande, chaval.

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