El Barça de Xavi corre y también toca
Del primer gol al cuarto del Barça está compendiado todo el fútbol de ataque. El primero nació de un gilicórner del Nápoles mal ejecutado, que dejó el balón en pies de Aubameyang; el gabonés salió como un gamo, entregó a Adama, que rodeado de tres pegó un avance de esos tan suyos, tipo Jonah Lomu, y luego abrió sabiamente a Jordi Alba, que acompañó por la derecha marcó, también de derecha, con serenidad. El cuarto fue una jugada larga de toque, pausa, oscilando de lado a lado para que la defensa se moviera, hasta una apertura a Adama que devuelve al centro, donde Frenkie de Jong la deja pasar y Aubameyang la pone en la escuadra.
Partido a partido el Barça confirma que la crisis quedó atrás. Xavi ha ido rearmando el juguete con paciencia, sirviéndose mucho de las piezas de recambio incorporadas en enero. Sólo a Ferran le está costando. Adama y Auba han entrado como guante en la mano. Pedri está de nuevo bien y la última sorpresa es que Frenkie de Jong ha reencontrado por fin su juego. Marcar cuatro goles al Nápoles (el menos goleado del calcio) no es poca cosa. Sí persisten dudas atrás, donde la plantilla ha quedado corta y sobre todo se ha esfumado Ter Stegen, que viene a ser algo así como un Vinicius al revés. De repente parece un portero muy menor.
Pasó el Barça y con derecho a ser incluido entre los favoritos de esta competición, grupo en el que hay que incluir por fuerza al Sevilla, que está en su torneo y que también sigue después de pasar un trago difícil en Zagreb. Aunque para trago, el del Betis, que recibió al Zenit quizá demasiado confiado en su 2-3 de la ida y aunque tuvo una buena fase en la que mandó dos tiros al palo, se salvó de la prórroga de puro milagro. En definitiva, en esta ronda sólo hemos perdido a la Real, que empezó esta temporada de una forma muy prometedora y se va quedando. Tres de cuatro es buena nota. Como dijo Laporta, al loro que no estamos tan mal.