El Atleti dejó buenas sensaciones, pero...

Todo iba para noche feliz en el Metropolitano cuando lo estropeó el gol de Elanga, un castigo excesivo para un único error. Un saque de banda cogió al equipo mal balanceado, Bruno Fernandes recibió cómodo en medio campo y metió un pase ajustadísimo al joven Elanga, cuya intercepción falló Reinildo; la culminación fue un tiro sabio y cruzado que neutralizó a Oblak. Gol del United en su primer disparo a puerta. Gol de un Manchester que no había llegado a tocar el balón en el área atlética hasta el 54’, cuando Bruno Fernandes controló un buen pase cruzado de Pogba, problema resuelto con un cruce rápido de Savic.

Una lástima, porque el Atlético abrumó al Manchester. Salió a echársele encima, marcó en el 7’ con un cabezazo estupendo de João Felix y luego no aflojó. Tuvo al rival asustado, metido atrás, con Cristiano moviendo los brazos como aspas de molino, reclamando que sus compañeros rompieran el cerco. El Atlético volcaba el juego sobre el lado izquierdo (muy bien Lodi), buscándole los blandos a la defensa inglesa. No remató tanto como jugó, pero aun así llevó un balón al larguero antes del descanso y otro tras el disgusto del 1-1, cuando supo reponerse del jarro de agua fría y subir de nuevo en busca de mejorar el marcador.

El empate crea desencanto, pero se puede ver la botella medio llena. Hay que insistir en que los goles fuera ya no tienen valor preferente. Y el equipo mostró durante una hora larga una disposición y una fuerza para acogotar al United que hacen pensar que ha entrado en fase de franca mejoría después de tantos meses de dudas. En síntesis, cualquiera que haya visto el partido se quedó con la impresión de que el Atlético es ahora mismo más equipo que el United, que tiene algo de mezcla que no resulta. A Cristiano solo le vimos en un golpe franco que silenció al estadio unos momentos, pero salió alto. Pese al gol de Elanga, la eliminatoria pinta bien.