NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

El derbi de las voluntades

Voluntad. Primera parte. La semana del derbi vasco, más corta en San Sebastián por aquello de que jugó en Leipzig el jueves, ha venido marcada por el asunto de las entradas que el Athletic no quiso enviar a la Real Sociedad por culpa de las dichosas restricciones de aforo por el maldito coronavirus. Y aunque quizá precisamente por eso el verbo que habría que utilizar es “no pudo”, creo sinceramente que era una cuestión de voluntad haberse prestado a enviar 300 o 400 entradas. No me parecía tan difícil. La Real ya lo hizo con la visita de Osasuna, y también había abonados que se quedaban sin entrada. Pero claro, yo hablo desde fuera y me faltan datos, así que entiendo perfectamente el argumento del club rojiblanco, porque va a haber socios que se queden sin entrar en San Mamés; y tampoco me siento capacitado para dar lecciones de cómo gestionar una casa ajena. Cada uno lo hace como quiere, o lo mejor que puede; pero es verdad que me da pena que la ausencia de afición txuri-urdin en las gradas vaya a restar ambiente de derbi vasco. Para mí un derbi sin esa mezcla de colores y sonidos en la grada es un poco menos derbi. A ver si la pandemia nos permite recuperarla en el siguiente. Porque nadie ni nada nos va a quitar la fiesta del fútbol vasco. La Real ya sabe lo que es jugar y ganar sin su gente en la grada un derbi.

Voluntad. Segunda parte. Pasado el tema ambiental, nos metemos en lo deportivo, que es al final lo que nos interesa a todos. La Real llega muy tocada al derbi vasco. No se trata de ponerse la piel de cordero para que el Athletic Club se confíe, y luego asestarle el golpe de gracia con la guardia bajada. No es una pose, es una evidencia. Pero no debe ser una excusa. Y si se utiliza será una pataleta de equipo pequeño y perdedor. En el fondo todo vuelve a ser una cuestión de voluntades, de cómo quieras afrontar el siguiente reto, en este caso el derbi. Si la Real lo hace con el pensamiento de que está cansado y de que eso le va a restar competitividad, entonces empezará a perder en San Mamés. Y nada tendrá que ver su estado físico. Sino que la mentalización de su rival ha sido simplemente mejor. En un derbi vasco, no importa lo cansado que estés, lo tocado anímicamente que llegues, tampoco la clasificación. Todo eso queda en un segundo plano. Porque un derbi se juega con mucho corazón, alma y sentimiento; y si eres capaz de afrontarlo así, eso suple cualquier carencia que puedas tener. Y después la cabeza ya la pondrá Imanol Alguacil, que estoy convencido de que ya tiene pensada la mejor manera para competir este derbi sin que se note la merma física de sus jugadores. Porque todo, en el fondo, es una cuestión de voluntad. Y si Imanol quiere, la Real querrá. Y el derbi podrá estar más cerca de volver por la A8 de Bilbao a Donostia.