Masip lidera una victoria fundamental
Hacía falta una victoria fuera de casa aunque no se bordara el fútbol, y así sucedió. El Real Valladolid logró un triunfo fundamental y no hizo su mejor partido, aunque tampoco jugó mal. El choque de Cartagena fue un intercambio de golpes del que los pucelanos salieron beneficiados por sus mejores individualidades y porque Masip desniveló la balanza a favor del conjunto blanquivioleta. Fue un gran partido del catalán, posiblemente el mejor en mucho tiempo y uno de los mejores que ha hecho desde que llegó a Zorrilla. Este Masip sí convence. El de los últimos dos años no dio lo que el equipo precisaba. Y su aportación fue bastante necesaria porque el sistema defensivo fue vulnerable. El Cartagena tiene calidad y explotó los caminos que encontró ante un Valladolid muy ofensivo que estuvo cerca de no ganar el partido. Pero aparecieron las muy buenas individualidades que tiene Pacheta a sus órdenes.
Una vez más Roque Mesa fue diferencial. Es el eje de todo el juego. Y fue determinante la actuación de Toni Villa, cada día más crecido en su juego y con más confianza a la hora de desequilibrar. Si encima tiene gol, por fin está apareciendo el jugador diferencial que en años anteriores no acababa de concretar. Destaco, igualmente, a Nacho. La gran solución para atacar por la izquierda y complementarse con Toni. Una vez más llegó hasta línea de fondo para asistir. El Valladolid explotó mucho más la banda izquierda ante la falta de un extremo por la derecha. Plano huye de la cal y busca el centro mientras Luis Pérez tiene demasiado campo para él. Y bien por los cambios de Pacheta. La salida de Anuar y Monchu le aportó energía y seguridad a un conjunto que estaba empezando a sucumbir por el centro. No fue el mejor día de Aguado y la presencia de Monchu solucionó el problema. Tengo la sensación de que Pacheta tiene tres titulares en el centro del campo para dos puestos. Y mientras Mesa es intocable, la otra plaza puede empezar a decantarse por Monchu si Aguado no vuelve al nivel que ofreció en la primera vuelta. Y me alegro por Anuar. Su gol y su poste-asistencia del de Morcillo de la semana pasada son el premio al que no se relaja por no jugar y siempre da lo que tiene. Y esos minutos de refresco y piernas que está dando Anuar están ayudando mucho al equipo.
Pero más allá del juego está la victoria. Para seguir sumando y para seguir obligando a los rivales a ganar. Y alguien, tarde o temprano, volverá a fallar. La próxima cita es el Amorebieta en Zorrilla. Será el típico partido de monólogo pucelano donde la clave estará en acertar de cara al gol. Y luego dos salidas muy duras a Tenerife y Oviedo. El calendario no es cómodo y por eso era vital ganar en Cartagena. Objetivo cumplido. Queda mucho por jugar pero cada vez queda menos. Y como dijo Luis Aragonés se trata de ganar, ganar, ganar y volver a ganar.