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Cruel desenlace. Conste que el 0-0 del minuto 93 era un milagro. El Madrid había sobrevivido a un asedio terrible gracias a su gigante belga, ese Tibu Courtois que paró con la convicción del que se sabe ahora mismo el mejor portero del mundo. En ese minuto 93 deciden los detalles. Y las torpezas. En el medio del campo tuvo Hazard la ocurrencia de improvisar un taconazo que no llevaba a ninguna parte. El rebote llegó a Kroos, que quiso oxigenar la presión sin poder evitar que el PSG recuperase la pelota. Ahí llegó la contra de los franceses y el aterrizaje de Mbappé 'El Terrible' en el área madridista, que había sido defendida heroicamente por Militao y Alaba. Kylian sacó su chistera mágica y en un eslalon brutal dejó atrás a Lucas y al propio 'Mili', batiendo a Courtois por bajo. El muro de Bree no podía hacer más milagros. El único hombre sobre la Tierra que hoy podía batir a Tibu era él. Una fiera competitiva que en el minuto 94 se inventa un golazo digno de un futuro Balón de Oro. Un gol que da alas al PSG pero que no decide nada. Al revés. Creo que este gol ayudará al equipo de Ancelotti a remontar la eliminatoria. Hablo muy en serio...

El Bernabéu. No olviden que este año se ha cambiado la norma de los goles con valor doble fuera de casa. Esto significa que un 0-0 hubiera llevado al Madrid a especular en la cita del 9 de marzo y a no asumir riesgos para forzar, en el peor de los casos, una prórroga con el público a favor. Pero resulta que el Madrid no sabe jugar a eso, no maneja el fútbol italianizado por mucho que su técnico sea de Reggiolo. Con el 1-0 el Madrid saldrá al campo con la camiseta de las grandes noches europeas, de las remontadas que han alimentado la leyenda de este club en la Copa de Europa. Ese gol de Mbappé obligará a jugar sin miedos, a lanzarse sobre Donnarumma como si no hubiera mañana. El Bernabéu prefiere morir de pie que morir de rodillas. Cierto que enfrente estará Mbappé y que faltarán Casemiro y Mendy. Pues nada, que jueguen Marcelo y Valverde en sus lugares y el equipo sea más ofensivo y más valiente.

Messi, ni de penalti. Me pasé todo el día explicando a los messiánicos (los sigue habiendo irreductibles) que no temía al argentino porque ya no está para estos trotes. No solo porque sume siete años acumulando fracasos en la Champions, sino porque Messi lleva ya cuatro años sin marcarle un solo gol al Madrid. Cuando Mbappé, no podía ser otro, le sacó un penalti claro a Carvajal, me temí que me iba a tapar la boca. Pero Courtois adivinó la intención del vigente Balón de Oro (¿por qué se lo regalaron?) y se prolongó la mala racha de Leo ante ese rival con camiseta blanca que le tiene comida la moral desde 2018. Ese penalti errado por Messi simboliza la injusticia jerárquica del PSG. La verdadera estrella del equipo de los jeque-dólares es Mbappé y el penalti se lo hicieron a él. Un alivio que no lo tirase Kylian. Mejor para el Madrid. Messi ya no le marca al Madrid ni de penalti...

Remontada. En la encuesta de El Larguero solo el 37% de los encuestados creía en la remontada el 9 de marzo. Pues ya les digo yo que el día del partido, dentro de tres semanas, más del 70% dirán que es posible. La afición blanca ha vivido muchas noches como esa y sabe que todo es posible en eso noventa minuti molto longos. Me lo recuerdan los vikingos de la peña Villajimena de Vicálvaro, los hermanos Jesús y Javier de Carbonero El Mayor (Segovia), César Ferrer y Javier Caireta, que se fueron hasta París gastándose sus ahorros convencidos de otro partido y otro desenlace, de Puchus Romera, Emilio de Tíjola y Enrique de Oliva. Todos piensan que hasta el rabo todo es toro. Es el Madrid. Es Europa. Es el Bernabéu...