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El Yamiq patrocinó el enésimo error puntual

Llevamos en Valladolid demasiado tiempo escuchando hablar sobre los errores puntuales. Más de una temporada, más de dos. Y como ya escribí la campaña pasada, cuando los errores individuales son recurrentes ya no son puntuales. El Yamiq, el sábado, tiró por la borda todo el trabajo de sus compañeros en una acción tan absurda como dañina. Por mucho que el rival le golpeara con el pie, le metiera el codo, el marroquí debería ser consciente de la importancia de los puntos y de las enormes consecuencias de su manotazo, de su penalti. Son dos puntos importantes los que se escapan, dos puntos que, además, bombardearon la primera remontada en Liga del Pucela en Liga y que le habría colocado otra vez en ascenso directo, aunque fuera de manera provisional. Ahora, con las victorias de Almería y Tenerife, los de Pacheta pasan al cuarto lugar y aunque es verdad que falta mucho y que la pelea va a ser larga todavía, la sensación es que al equipo le falta dar un paso más.

El Yamiq, que ya cometió penaltis difícilmente justificables, debe crecer en la concentración y en el entendimiento del juego. Su déficit en estas cuestiones le privan de ser un central top, incluso en Primera, porque tiene condiciones físicas para serlo. Pero no sólo el marroquí falló. Tampoco estuvo muy brillante Javi Sánchez en particular y la defensa pucelana en general en el duelo ante los gerundenses. El madrileño falló en la defensa del primer gol, pero el equipo blanquivioleta sufrió como hacía muchos partidos no lo hacía cuando el rival le atacaba. El equipo de Míchel buscó bien los espacios, colocó jugadores a la espalda de los laterales y dio libertad a Samu Saiz, que hizo un partidazo. Sólo con eso logró llegarle bien en algunas fases del partido al Valladolid y generar faltas, el talón de Aquiles pucelano. Porque antes del 0-1, los gerundenses ya pudieron marcar en tres balones parados. Llevaba mucho tiempo el equipo sin sufrir atrás, pero el sábado se despertó la duda de si fue por la contundencia atrás porque no le llegaban.

Y, con todo, el partido Real Valladolid-Girona fue un partidazo. Los pucelanos volvieron a tener tramos de juego brillante, pero una vez más la falta de eficacia castigó a los de Pacheta. Se hace raro ver a Weissman no acertar en ninguna de las tres clarísimas ocasiones que tuvo por mucho que Juan Carlos se luciera. Otro portero más que sale de Zorrilla con el merecimiento de ser internacional. Trabajó el Valladolid en busca de la victoria y la mereció, aunque algunos jugadores no brillarán como Luis Pérez o Gonzalo Plata. El ecuatoriano no logra exhibir el nivel que alcanzó antes del accidente o con su selección. Por contra las entradas de Anuar, Morcillo, Sergio León y Plano esta vez sí sumaron para completar una remontada que no fue definitiva.

El empate ante el Girona, por el partido y el rival que fue, se puede considerar un accidente más allá de la torpeza de El Yamiq. El lastre real es no haber ganado los partidos de Zaragoza y Fuenlabrada, por mucho que los madrileños rascaran un empate en Eibar. Nadie gana fácil en Segunda, pero para ascender hay que sumar de tres en tres en muchos partidos.