París bien vale una misa

Lo bueno de ser ciudadano francés o español, es decir ser el heredero de una gran, bella y potente historia, es que permite tener acceso de forma natural a una inagotable fuente de referencias, dichos y refranes. Tratando de reflexionar en estas últimas horas sobre el atractivo encuentro que nos espera esta tarde en casa del Villarreal me vino de repente a la cabeza una frase mítica atribuida a Henri de Navarre (Enrique de Navarra), quien fue en el siglo XVI el pretendiente protestante al reino de Francia. Se convirtió al catolicismo para poder coronarse y lo hizo con el nombre de Henri IV (Enrique IV). Se cuenta que dijo, al tomar esta difícil decisión: "París bien vale una misa". Desde entonces se utiliza en mi país para definir las prioridades de la vida, para explicar que es útil renunciar a algo que seguramente es muy valioso para obtener una cosa más importante y más acorde con sus deseos personales.

Sé que la conquista de la Liga aparece como un objetivo mayor para el Madrid, pero no hace falta que recuerde aquí la relación carnal que une este club a la Copa de Europa. Por ello se podría entender perfectamente, e incluso sería recomendable, que Ancelotti pusiera en Villarreal un once titular con varias rotaciones. Creo que sería lícito arriesgar el resultado de un partido liguero por no arriesgar el físico de jugadores esenciales de cara al encuentro del martes en París.