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PASABA POR AQUÍ | DIEGO BARCALA

Robinho, Greenwood, Santiso, Overmars...

El machismo sigue contando con una parte de la sociedad que no quiere aceptar una realidad obvia.

Marc Overmars.
JESUS ALVAREZ ORIHUELADIARIO AS

No bastó que fuera pegada y maltratada por su primer marido desde los 13 años. Que incluso llegara a dispararle en un brazo. Tampoco que dos de sus hijos murieran de hambre antes de quedarse viuda con 21 años. La poderosa, atractiva, negra y marginal cantante brasileña Elza Soares era la culpable de que Garrincha hubiera roto su matrimonio por ella, una rompefamilias. El genial extremo la pegaba en público y en privado y se acostaba con decenas de mujeres a su antojo, pero daba igual, era Garrincha. El genio del fútbol iba conduciendo borracho cuando estrelló el coche en el que murió la madre de Soares. Pero seguía dando igual porque tenía una armadura de dos Copas del Mundo. Sin embargo ella, la artista a la que Louis Armstrong había bautizado como su hija musical, tuvo que huir del país. Así era Brasil en los años 60. Y así sigue siendo el fútbol que vivimos hoy. Tenemos de los que violan a mujeres en grupo, de los que pegan a sus parejas, de los que acosan a sus empleadas, los que bromean con todo eso en audios de WhatsApp y los que utilizan el lenguaje machista en los vestuarios y salas de prensa. Un poco de todo, la punta del iceberg y todo el hielo submarino.

Robinho, Santiso, Greenwood, Overmars… siguen contando con esa parte de la sociedad que no quiere aceptar una realidad obvia para cualquiera menos para los machistas. Que de llamar nenazas a tus jugadores y agarrarse las pelotas mirando a la grada a quedar una tarde a violar en un cuarto oscuro a una menor aficionada no hay tantos pasos.

Faltan pocos días para el 8 de marzo, el día de las mujeres, y sería interesante que LaLiga, la RFEF, los medios… pensemos algo para que el fútbol ayude a viajar hacia una sociedad más igualitaria. Elza Soares lanzó en 2015, a los 85 años, un single titulado Maria da Vila Matilde que repite en su estribillo: "Te arrepentirás de levantarme la mano". Sería un buen himno para que sonara en los estadios sobre numerosos titulares de ídolos involucrados en episodios de violencia machista.