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Semana tras semana nos vamos quedando sin argumentos y sin posibilidades. El futuro del Atleti, ahora mismo, es un desierto, un erial, un descampado en el que apenas se distingue a lo lejos un diminuto oasis llamado Champions League. Se trata de pasar de ronda en Europa como sea y de luchar por colarnos en Champions, en Liga, como sea.

Los "como sea" suelen funcionar mal. Si hay que ganar como sea, mal vamos. El equipo está para que le repartan libros de autoayuda porque el principal bache lo tienen en la cabeza. Aparte de eso, no olvidemos que la línea defensiva ha estado diezmada toda la temporada por unas cosas o por otras, lesiones, sanciones, transfuguismos…así es difícil construir un equipo.

Y teniendo en cuenta que los últimos cinco partidos los tendremos contra Athletic, Real Madrid, Elche, Sevilla y Real Sociedad, ya podemos empezar a sumar de tres en tres si no queremos pasar un final de campeonato agónico. Bueno, ahora que lo pienso, sería lo de siempre. Final de lo que sea agónico es el ADN del Atleti.

En fin, a mí lo de la Copa me dejó muy tocado, y eso que a mí no me toca nadie. Cada año, como suelo decir aquí, sueño con una copita del Rey y no me la regalan, los muy. El año pasado tuvieron una buena excusa, pero este año era el año.

Lo del Barcelona el otro día me importó, pero menos que la eliminación de Copa. Está claro que no estamos bien y estaba caro que era el día señalado para que el Barça diera el 110% para apuntalar su proyecto Xaviano. A mí, Xavi me cae bien. Y entendí perfectamente los argumentos de ambos, Xavi y Simeone, así que no veo motivo para la disputa. Ellos hablan exclusivamente de fútbol, y nosotros hablamos de otras muchas cosas que rodean al fútbol. En el fondo, ambos deben reírse de estas pequeñas trifulcas que se montan a raíz de ciertas declaraciones.

A partir de ahora sólo nos queda soñar con Mánchester, y sumar todo lo que podamos en la Liga para no vernos en esos cinco últimos partidos rezando padrenuestros a diestro y siniestro. Por lo menos me ha quedado un final muy rimadito.