Un Barça-Atleti caliente de norte a sur
Mala gestión. Dijo ayer Xavi que el Barça no se puede pegar un tiro en el pie con Dembélé y metió al francés en la convocatoria. Un poco tarde. El absurdo autoritarismo del club cuando comprobó que había perdido la mano en la partida de su renovación contó con la connivencia del técnico, que no le llevó a San Mamés. Tal vez con Ousmane, la historia en la Copa hubiera sido distinta. De momento, el Barça se ha bajado del burro y Dembélé vuelve a estar disponible, aunque ahora es difícil saber cuánto va a pesar todo lo que ha ocurrido este mes, especialmente en la opinión pública. La reacción del Camp Nou si juega hoy contra el Atlético va a hablar claro sobre cómo puede avanzar la historia en los próximos meses y hasta qué punto han sido nocivos los ataques al jugador.
Vuelta del uruguayo. Más allá de Dembélé, es un día de nombres en Barcelona. Ferran, Adama o Aubameyang van a jugar su primer partido delante de una afición que, hoy sí, va a poder despedir a Luis Suárez, que la temporada pasada regresó al Camp Nou con las puertas cerradas. El uruguayo se marchó dolido con razón. Tercer goleador histórico del Barça (198 goles), sólo por detrás de César (232) y Messi (634), terminó como el principal señalado del 2-8 de Lisboa y esa fría llamada telefónica de Koeman para anunciarle que debía marcharse le pareció una cuchillada de Bartomeu. Suárez se desquitó con la Liga del año pasado, aunque tal vez le sobró alguna palabra sobre el Barça. Sabe además, Suárez, que él formó parte de ese grupúsculo de jugadores que amasó más poder de la cuenta en el Barça. Tanto como para telefonear al presidente para que fuese a su casa y apretarle con el fichaje de Coutinho, que tanto patrocinaron el mismo uruguayo y Messi. De eso habló menos. El público, no obstante, entiende de lo que pasa en el césped. Y ahí Suárez ha sido uno de los más grandes con diferencia. Salvo sorpresa, la ovación va a ser atronadora.
Más piques. Vamos, pues, hacia un Barça-Atlético caliente por todos los puntos cardinales, y con una cuenta pendiente más. Eso de que Xavi dijese en su día que el fútbol del Atlético no era para los grandes ha encendido a Simeone, que va a salir al Camp Nou como un lobo enjaulado. Xavi no se movió una línea de su discurso ("aquí no encajaría, la gente no entendería a un equipo que se metiera con once jugadores atrás"), pero la verdadera grandeza del fútbol son los resultados. Y hoy hay mucho en juego en el Camp Nou.