Un milagro en el cierre de mercado

El mercado de fichajes bajó la persiana con una broma macabra y un milagro. La primera sucedió en Palermo. Mientras los teléfonos de los representantes de media Europa dejaban de zumbar, se apagaba también la vida de Maurizio Zamparini. El legendario presidente del Palermo fallecía a los ochenta años. Moría el hombre que nos descubrió a Dybala, a Luca Toni o a Cavani. También el tipo capaz de cargarse a 66 entrenadores durante su carrera; a alguno, como Guidolin, lo despidió hasta en tres ocasiones. No deja de ser paradigmático que justo durante un cierre de mercado se ha ido un símbolo nítido de este fútbol bastardo y global que nos ha tocado vivir. Es difícil hacer las cosas peor que Zamparini, pero en cuanto a ilusionar a una ciudad perdida como Palermo nadie lo ha hecho mejor. Contradicciones del calciomercato, la mejor época del año porque ahí todo es posible.

Cada vez que vuelvo a ver a un viejo amigo sucede igual. Llegamos entusiastas a la primera cerveza, en la segunda nos ponemos al día de trabajo y familia, pero a la tercera los temas de conversación nos evitan. Ahí aparece al rescate el mercado de invierno. Los fichajes destartalados, los héroes inesperados, los apellidos inventados. El lateral mozambiqueño Reinildo Mandava ha ligado su futuro al del Atlético de Madrid y seguramente, sin saberlo, me haya salvado la cuarta cerveza de dentro de diez años.

El cierre de mercado también me gusta porque propicia milagros. En ese sentido, la mayor alegría en estas últimas horas vertiginosas llegó desde Inglaterra con el regreso al fútbol de Christian Eriksen. El centrocampista danés no juega al fútbol desde que sufrió el paro cardíaco durante la Eurocopa y lo volverá a hacer precisamente en el Brentford, un club entrenado por un danés, Thomas Frank, que ya cuenta con seis compatriotas más en plantilla.

Cuando me enteré de que volvía a la Premier League recordé el testimonio emocionado en 'The Guardian' de un hincha presente en el Parken el día en el que Eriksen estuvo muerto durante cinco minutos. "Cuando el speaker del estadio comenzó a contarnos las últimas noticias sobre la salud de Christian Eriksen, se podía escuchar un alfiler cayendo. Nunca he estado en un lugar tan silencioso. Una vez supimos que la noticia era positiva, la ola de alivio fue tremenda. Todos comenzaron a aplaudir y a animar, liberando toda la emoción al saber que estaba estable".

El mercado de invierno es la época del año donde las segundas oportunidades son posibles y nos ha traído de vuelta a Eriksen después de un largo silencio. Es como para romperse las manos a aplaudir.