Vinicius no bastó para batir al Elche
Vinicius rindió tributo a la memoria de Gento y atacó una y otra vez por su lado. Las hizo buenas y menos buenas, pero esta vez no necesitó de mucho campo por delante para crear peligro. Supo desequilibrar arrancando de parado, atacando al defensa o combinando con algún compañero. Dejó un penalti que falló Benzema (una rareza perdonable, después de 16 aciertos consecutivos) y el centro impecable a la cabeza de Militao que valió el 2-2. En definitiva, el Madrid encauzó por él todo el ataque contra la defensa del Elche, poblada, atenta y con oficio. Su actividad choca con lo que ocurre en el otro lado del campo, la banda derecha.
Esta vez le correspondió esa zona a Hazard, que hizo poco. Luego, cuando el zapato apretaba, salió Rodrygo que hizo igual de poco, mientras Hazard pasaba a interior izquierdo, zona más suya, pero sólo para constatar que le falta la velocidad de penetración con la que tiempo atrás acompañaba a su excelente técnica. Todos queremos creer en este jugador, pero no es fácil. Y lo mismo pasa con Rodrygo y Asensio, dos pechofríos que alternan en la derecha sin pasar salvo rara vez del ‘aprobado y gracias’. En la otra baza, la más gravosa y coruscante, Bale, ya nadie cree, y menos que nadie, él mismo. Su cara en el banquillo era un poema.
El Elche se llevó un empate que estuvo a punto de ser victoria gracias a su buen trabajo general y a la pulcritud de sus dos jugadas de gol, la primera aprovechando que Hazard se desentendió de la subida de Mojica, la segunda en una gran maniobra de Lucas Boyé, perfectamente culminada por Milla. Una alegría a medias, porque rozó la victoria. Para el Madrid, un contratiempo que no vino solo, porque Benzema se marchó con lesión muscular, cuyo alcance ya conoceremos. El próximo día 3 el Madrid visita San Mamés, el 15 afrontará al PSG en París. La perspectiva es inquietante, dado lo que se le ve una y otra vez a Jovic cada vez que juega.