¿Sergio González? Bien, pero me quedo con Iván Alejo

No sé si la tuya, pero muchas miradas desde Valladolid estuvieron puestas anoche en el Nuevo Mirandilla de Cádiz. No jugaba nuestro equipo, ni siquiera uno de los rivales directos por el ascenso a Primera División. Jugaba el Cádiz de Sergio González, el Cádiz de San Emeterio, el Cádiz de Iván Alejo, y quizás pronto el de Rubén Alcaraz.

Hoy, quién más y quién menos se ha desayunado comentando cómo el Cádiz terminó empatando un partido que en realidad le afecta poco al Real Valladolid. Pero es normal, había muchos ingredientes en la cena de anoche, que de alguna manera hacían inevitable que nuestra atención se desviara al menú de la la 'Tacita de Plata'.

Y en estas estamos, divididos en Valladolid entre los que le desean la mejor de las suertes a Sergio González, y los que esperan que se dé un batacazo. A ver; a mí, como a ti, lo que más nos importa es el Real Valladolid, pero no es óbice esto para comentar y opinar sobre un entrenador que lo fue de nuestro equipo. Yo estoy en el primer grupo, del lado de los que le desean lo mejor a Sergio. Salvo alguna rarísima excepción no soy de los que se sitúan en el anti, ni me puede la animadversión. Fui de los que criticó a Sergio González en el último tramo de la temporada pasada, se equivocó al no presentar su dimisión, pero en mi opinión no fue el entrenador, sino el presidente mudo e invisible, el que con su inacción dejó caer al Real Valladolid.

No olvido que Sergio González fue el artífice de un ascenso milagroso en el que ni tú, ni yo, ni nadie creíamos. Tampoco olvido que en esa primera temporada del regreso a Primera División logró el objetivo de la permanencia siendo el Real Valladolid el equipo con el menor presupuesto de todos. Luego, en el último año pasó lo que todos sabéis, y aún teniendo una parte muy importante de responsabilidad, pues eso, que fueron otros los que desde una noble planta no muy lejana y despachos no remotos lo permitieron.

De cualquier forma, después de lo visto en el Nuevo Mirandilla, Sergio González, bien... pero yo me quedo con Iván Alejo. ¡Por el amor a la vida! Ypensar que este futbolista podría estar vistiendo la camiseta del Real Valladolid y fuimos nosotros los que desechamos la posibilidad. Un error imperdonable. ¿Visteis cómo celebró el gol? Y ojo, que no fue solo el gol. Alejo hubiera significado mucho más que lo meramente futbolístico para el Real Valladolid. Recientemente le escuchasteis decir eso de "ni Barça, ni Madrid: Real Valladolid". Su calidad no se pone en entredicho, en absoluto, y qué decir de su compromiso no solo con el Real Valladolid club de fútbol, sino con esta ciudad a nivel social. Bueno, de sabios es rectificar y quién sabe si se puede dar la circunstancia de que en verano surja una nueva oportunidad.

Porque con jugadores como Iván Alejo se identifica una ciudad, una provincia, eso es lo que acerca a los aficionados al club. No todo es business, no todo es buscar exóticos fichajes que vengan de paso, y sin apenas compromiso. No sé, igual soy un romántico, pero miremos antes lo que tenemos en casa. Encontremos dentro antes de buscar fuera el rédito de unos fichajes que sirvan solo para elevar la cuenta de seguidores desde fuera de España en Twitter o Instagram. Ni Haaland, ni Mbappe: Iván Alejo, alé, alé...