Esta es la edad de la inocencia en el Barça, e incluye al entrenador, que no puede consentir que, con 2-2 en el marcador, un Clásico se decida con una transición de entrenamiento, cuatro contra dos, con gol de Valverde. Fue un error de grandes dimensiones que, en cierta medida, hace una buena fotografía del Barça, un equipo absolutamente irregular en el que pronto no reconoceremos a titulares y suplentes, porque todo está por definir, y en formación.

A día de hoy, el Barça no ha mejorado nada sus resultados nada contra el Madrid en los últimos años. Perdió 2-3 en Riad, como 1-2 en el Camp Nou este curso, o 2-1 en el de Valdebebas en el anterior. No hubo muchas cosas que reprocharle al Barça, pero tampoco demasiadas para aplaudirle, especialmente en sus pesos pesados. Busquets perdió un balón imperdonable en el 0-1; Jordi Alba sufre demasiado en estos tiempos; y Ter Stegen, a quien se quiso acercar de manera inverosímil a Zubizarreta o Valdés, no salva nada. En este aluvión de sensaciones, sí hay certezas. Gavi es un jugador de una proyección espectacular; y Pedri y Ansu, con minutos, dibujarán un nuevo Barça en el que también estarán Araújo y Nico. Los Clásicos dicen muchas verdades y Xavi, Mateu Alemany y Joan Laporta están en condiciones de tomar decisiones importantes o seguir metiendo todo bajo la alfombra como la renovación de Umtiti.