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Supercopa en Arabia

Ayer volví a abrir Una dacha en el Golfo, el estupendo libro de Emilio Sánchez Mediavilla, para refrescar unas cuantas cosas sobre Arabia Saudí. Regresé a una imagen que me impresionó ya en la primera lectura. Emilio describe la interminable caravana de todoterrenos que cruzan cada jueves el puente que separa Arabia de Baréin para hacer durante el fin de semana en el país vecino lo que no pueden hacer durante la semana en el propio. Algunos de esos pasatiempos terribles incluyen ir al cine, beber una cerveza o comer en un parque sin separación de sexos. Es inevitable cerrar el libro con tristeza al pensar que la Supercopa de España se esté celebrando en un país así.

Enric González dice que los periódicos son como las salchichas, que si supiéramos cómo se hacen y lo que llevan dentro a lo mejor no nos las comeríamos. Al fútbol hay que reconocerle haber estirado está lógica hasta límites escandalosos. Hace tiempo que es un paquete de salchichas que proclama a los cuatro vientos de lo que está hecho porque sabe que, pese a ello, nunca le vamos a faltar compradores. La queja, soterrada, seguramente ventajista, de Raúl García en la previa de la semifinal de esta noche entre Athletic y Atlético de Madrid nos representa a todos. Pero es un espejo que nos devuelve un reflejo incómodo. Porque él jugará y nosotros, sin duda, lo veremos.

Raúl García, durante un partido con el Athletic.
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Raúl García, durante un partido con el Athletic.AIOL

En la exportación de su fútbol por encima de cualquier consideración ética, como en tantas otras cosas, fueron pioneros los italianos. Su Supercoppa viaja de Erasmus cada cierto tiempo y eso nos ha brindado imágenes impagables desde el punto de vista folclórico. Recuerdo al speaker subrayando por la megafonía de un desangelado estadio de la NFL cada jugada del Milan y del Torino en la edición del 93. También al hijo del dictador Gadafi posando con Del Piero en 2002, alegre como unas castañuelas por haberse llevado el torneo a Libia y también porque lo hubiese ganado el club del cual era accionista. Como de todo lo que sucede en Italia, no estamos tan lejos.