De verlo en pijama, a estar en el campo

Cuando Dani Alves jugó su último Clásico, Prince estaba vivo, Obama iba de visita a Cuba, Infantino apenas llevaba dos meses presidiendo la FIFA, el París-Dakar se disputaba en Argentina, Artur Mas acababa de dar un paso al lado y accedía a la presidencia Puigdemont. El mismo día del partido, las portadas de los diarios de medio mundo se hacían eco del escándalo de los fondos de gente muy famosa en Panamá y en Pamplona el Ayuntamiento subastaba a viva voz las licencias de seis quioscos de helados en la capital. En medio de todo eso, la mayoría de los jugadores del Barça que hoy saltarán al césped del estadio King Fahd para jugar el Clásico vieron el gran partido de ese día en pijama, con sus padres (o en chándal en La Masia con sus compañeros) y sin imaginar que un día, es decir hoy, se verían cara a cara con Carvajal, Marcelo, Kroos, Casemiro, Modric o Benzema. Un sexteto que fue ese día titular y que amargó la noche a esos chavales.

Un buen puñado de los convocados por Xavi hoy, jugaban como juveniles o cadetes, otros, como Gavi o Pedri aún eran infantiles y cursaban sexto de primaria. Otros, estaban buscando su primer gran contrato: Frenkie de Jong iba camino del Ajax B, Memphis cerraba su acuerdo para ir al United y Dembélé ya planeaba su fuga a la Bundesliga. Ah, ese enero también fueron ejecutadas en un día mediante decapitación 47 personas. En Arabia Saudita, precisamente.