El Barça no vuelve

Mañana se cumplirá una semana desde que Joan Laporta se inventó un eslogan: “Hemos vuelto”. Lo hizo en la presentación de un jugador, Ferran Torres, al que aún no ha podido inscribir. En Granada el mejor azulgrana fue Luuk de Jong, al que están deseando echar, que ya logró los tres puntos marcando ante el Mallorca y que fue el único además que disparó a puerta, pero como la urgencia ahora es inscribir a Torres y el límite de masa salarial lo impide pese a la cesión de Coutinho, su rendimiento sobre el césped no se tendrá en cuenta. Mientras, Dembélé, al que Laporta consideró mejor que Mbappé y Xavi que puede ser el mejor del mundo en su puesto, volvió a ser insustancial y quiere cobrar como si fuera la estrellaza que le han hecho creer que es, así que no renueva y Torres continua sin poder ser inscrito. Como frase publicitaria para colgar en una lona gigante el “hemos vuelto” quedaba sensacional, pero la realidad es puñetera y, como diría Koeman: “Esto es lo que hay”.

El empate en Granada además no fue un accidente, ni una cuestión de mala suerte. El equipo de Robert Moreno no fue inferior al Barça y Ter Stegen salvó un ocasión clara de Machís en el 25’. Ni siquiera la expulsión de Gavi explica la pérdida de papeles y del control del juego culé al final del partido porque antes de quedarse con uno menos ya estaban así, como pollos sin cabeza, jugando a que no pasara otra cosa que los minutos. Xavi anunció un cambio de era tras caer eliminado en la Champions en diciembre y recién comenzado enero sigue sin explicarse por qué no funciona el invento. “Ha faltado profundidad y mira que lo hemos trabajado mucho, lo entrenamos, perdemos balones muy tontos”, reconoció tras el partido. Y, pese a todo, más le vale a Laporta seguir confiando en el proyecto porque después de Xavi está el desierto, la nada.

Las frases grandilocuentes sirven para ganarse los vítores y aplausos de los fans ya rendidos de antemano, pero conviene dosificarlas porque no, al Barça le queda un mundo aún para volver.