El Madrid reivindica a los ausentes

El Madrid revirtió en Alcoy su trabajo en la Copa, con una victoria que no dejará huella. Fue la clase de partido que sus seguidores solo recuerdan cuando termina en derrota. Hace un año, perdió en el mismo escenario, contra el mismo equipo y en la misma fase del torneo. No dio buena espina aquel Madrid, que terminó la temporada sin títulos. Esta vez tampoco convenció, pero se llevó el partido. Aquí paz y después gloria.

Ancelotti dijo que se tomaba muy en serio el encuentro. Lo tradujo en una alineación, la mejor posible sin Courtois, Modric, Kroos y Benzema, que encontraron un descanso más que merecido. El equipo sonaba bien, con oportunidades para Lunin, Camavinga, Valverde y Mariano. No es gente cualquiera, pero no llegan, ni de lejos, a la altura de los cuatro titulares fetén.

El Madrid entrará de lleno de en el mercado de verano, con objetivos de largo alcance, Mbappé a la cabeza de todos. El club quiere una cartelera que le coloque en el primer puesto del star system del fútbol y que coincida con el estreno del rediseñado Bernabéu, uno de esos proyectos que se planean para actores de lujo, con un tirón mundial de taquilla.

Mientras se perfila la inminente edición del Real Madrid, a nadie se le escapa que la bisagra del equipo está formada por Modric, Casemiro y Benzema. Detrás de ellos no hay un abismo, sí una profunda grieta. Algo de eso se percibió en El Collao de Alcoy. No es que los tres veteranos sean mejores, que lo son, es que su presencia impone. Después de tantos años, la naturalidad de Modric y Kroos y su agudo conocimiento del juego infunden tanta confianza en el Real Madrid como temor en los rivales.

Fede Valverde en el partido de Copa ante el Alcoyano.

Camavinga es muy joven y Valverde se ha convertido en un complementario cumplidor. No es suficiente para sostener la maquinaria del equipo, con el problema añadido que supone el estrés de partidos que sufre Casemiro en las últimas temporadas. No tiene sustituto y su cuerpo lo nota.

El Madrid pasó ratos muy malos frente a un equipo rocoso, bien armado y con recursos perfectamente empleados: juego alto y largo, segundas jugadas, rechaces, presencia rápida cerca del área de Lunin. Equipo incomodísimo para el Madrid y especialmente para Alaba, destinado desde el principio a un fragoroso duelo con Mourad. El gigantesco delantero del Alcoyano se colocó a la derecha, donde Marcelo no tenía posibilidad alguna de disputarle la pelota, trabajo del que se encomendó Alaba con mediocres resultados. Mourad ganó el combate con claridad.

Como en el fútbol todo se ve y todo se apunta, es probable que algunos equipos utilicen estrategias parecidas contra el Madrid, claro que conviene disponer de delanteros tipo Mourad –en Primera no sobran arietes con un físico tan rotundo– y medirse con una versión discreta del Madrid.

Mendy ayuda mucho más que Marcelo en el combate aéreo, pero no estuvo en Alcoy. Militao ayudó más al central austriaco en el segundo tiempo y las dificultades disminuyeron, aunque el Alcoyano jugó con inteligencia y rara vez se sintió superado por el Madrid, cuyo medio campo confirmó más la jerarquía de los ausentes que el rendimiento de los presentes.

El Madrid tiene trabajo por delante en el diseño de la próxima temporada. De las estrellas que previsiblemente vendrán se habla constantemente. De sus necesidades en la línea de mediocampistas, integrada por tres jugadores extraordinarios, pero con mil batallas encima, se habla poco. Sin embargo, la urgencia es máxima.