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El Madrid retrasó la vuelta de vacaciones

La atención de la jornada estaba en principio orientada hacia Mallorca, donde un depauperadísimo Barça se jugaba el ser o no ser, pero la liebre saltó en Getafe. Un Madrid aún de vacaciones, como se quejó Ancelotti, perdió inesperadamente dando vida a sus perseguidores. Un despiste de Militao lo castigó Enes Ünal con acierto y con eso bastó. Se protegió atrás, retrasó los ataques del Madrid con faltas y cuando fue preciso Soria detuvo dos de los remates peligrosos. El otro fue al larguero. Tres remates de gol, poca renta si te regalan el campo y el balón. Pero faltaba Vinicius, y Asensio, Rodrygo y Hazard hicieron de él el mejor del Madrid.

Luego el Atleti revivió ante el Rayo, que salió como atontado. Supongo que hubo bastante efecto COVID, porque ha entrenado con muy pocos, y bastante también de efecto Cholo. Esas cuatro derrotas ante el décimo aniversario exigían un partido por fin así, con los viejos valores del cholismo, juego solidario, peleando cada metro con ambición colectiva. Dos goles de Correa, que está en su mejor temporada. Se ha frenado la caída, pero el equipo sigue lejos de la cabeza. El único que a día de hoy puede pensar en alcanzar al Madrid es el Sevilla, que está a 8 puntos con dos partidos menos, lo que da interés a su visita de esta noche al Cádiz.

Pero, decía, la atención estaba en el Barça, que fue a Mallorca en los huesos y regresó feliz. Durante la primera parte estuvo enorme, apretando al Mallorca y encontrando en Luuk de Jong un rematador eficaz que llevó dos balones al palo y marcó un gol ganando por arriba, bien que con Reina regalándose. La segunda parte se le hizo larga al Barça. Pasó las de Caín, se agarró al otro fútbol y llegó a la orilla por los pelos, gracias a una parada final de Ter Stegen que nos recordó otra vez lo buen portero que es. El partido que Xavi no hubiera querido jugar le dio tres puntos y una medalla, porque ganar en esas condiciones tiene un mérito espectacular.