Laporta, Dembélé, Xavi y la Champions

TV3, de hilo directísimo con Laporta, informó ayer que como lo de Dembélé está imposible van a sugerir a Xavi que no le alinee. El mobbing es una técnica empresarial detestable que el fútbol admite con detestable naturalidad. Continuamente hay casos, se mire donde se mire. Ante un jugador que no quiere renovar por lo que le ofrecen o uno que no acepta un traspaso a otra parte que conviene al club, “¿Ah, no quieres? Pues entonces no juegas”. Viene a ser algo así como “que se fastidie el coronel, no como rancho”, pero al revés. Aquí el que no come rancho es el coronel, léase el club, que se debilita en el campo y se desacredita como empresa.

A Xavi le preguntaron hace unas semanas por esta eventualidad, sin duda porque esta posibilidad se veía venir, y dijo que en ningún caso se plantearía no alinearle, que lo consideraba estratégico. Me parece lo decente y al tiempo lo práctico, porque al Barça no le sobra nada y lo que el club necesita ahora es ser cuando menos cuarto en LaLiga, no averiguar quién mea más largo, si Laporta o Dembélé. Juan Jiménez me recordaba ayer cómo el Málaga dejó pudrirse en el banquillo a Duda, entonces su mejor jugador, porque no aceptó un traspaso a la Real que al club le convenía, y a fuerza de no alinearle acabó descendiendo a Segunda.

Desde luego que el planteamiento del jugador es abusivo: 45 millones en mano, 15 para el agente, 30 para él, y luego 30 anuales. Abusivo e indecente después de los cinco años que lleva de quita y pon en las alineaciones. Pero no se debe esperar comprensión de los futbolistas, que tienen unos pocos años para ganar todo lo que puedan, y menos en este caso después de la ligereza de Laporta al comentar que para él es mejor que Mbappé. Pues si soy mejor que Mbappé ponme en estos dineros. No los merece, pero de lo que se trata ahora es de meter al Barça en puesto Champions, no de tomarse venganza sobre un jugador que puede coadyuvar bastante a ello. Feliz 2022.