El renacer galáctico del Madrid

El Real Madrid ha sorteado la crisis de una manera audaz, aprovechando el poderío de su marca. Porque es la Coca-Cola del fútbol y, como está quedando demostrado, existen jugadores top que prefieren vestir su camiseta aunque haya algún millón de menos en sus ya hiperinfladas cuentas bancarias. Mbappé es uno de ellos. Haaland será el siguiente. Pero más allá de estos estrellones, la estrategia de fichar jugadores en último año de contrato o con la carta de libertad está dando muy buen resultado. Courtois, Alaba, Rüdiger... Sólo Hazard ha salido rana.

El otro gran cambio estratégico ha sido apostar por los jóvenes, sobre todo en el mercado sudamericano. Sólo la pareja Rodrygo y Vinicius justifica todas las inversiones realizadas, y hay otros nombres de postín como los de Militao o Valverde que también aseguran el futuro. La lista ha sido larga (Brahim, Ceballos, Reinier o Kubo siguen siendo una incógnita), pero incluso los que sucumbieron a la presión, como Odegaard, también han sido rentabilizados (el Arsenal pagó 30 kilos).

Cuando peor lo tenía, a pesar de la amenaza real de los clubes-Estado y la inoperancia de la UEFA para contenerlos, y con la caída en picado de los ingresos por la pandemia, el Madrid ha conseguido impulsarse de tal manera que se avecina una de las épocas más brillantes de su historia. Primero fue el gran Madrid de las cinco Copas de Europa. Después ,el equipo de los Galáctico y esa nueva manera de entender el fútbol basada en el incremento de los ingresos (fue el inicio de lo que conocemos ahora). Más tarde el Madrid de Zidane y sus tres Champions seguidas... ¿Qué viene ahora? Un Madrid Galáctico 2.0, con Mbappé y Haaland, y con el Nuevo Bernabéu.