Oblak debe ser la prioridad
Van pasando las semanas y uno empieza a tener dudas de si esta temporada, al contrario de la pasada, la prioridad en vez de Luis Suárez debe de ser Oblak. Con el uruguayo, en la 20-21 los rojiblancos cambiaron de sometidos a someter, su fútbol dinámico y ambicioso abastecía a un Luis que disfrutaba estando rodeado de compañeros que le asistían. El Atlético, sobre todo en la primera vuelta, controlaba desde la posesión y la presión ordenada y siempre daba la sensación de tener un gran equilibrio entre defensa y ataque.
Este año llevamos 22 partidos y la cosa no fluye. Son muchos encuentros donde el equipo se quedó en sí pero no, algo difícil de digerir en un equipo del Cholo. El ejemplo podría ser el último derbi, donde se volvió a transmitir esa fragilidad en acciones defensivas, cómo pudo acabar en el 1-0 un siete contra dos en la portería de Oblak, o la excesiva basculación dejando libre a un Asensio que definía sutilmente ante un portero vendido. Está siendo un año donde las transiciones rivales son un ataque de arritmia para el hincha rojiblanco.
Volviendo a un derbi en el que hubo más intercambios de repliegue que de golpes, la diferencia la marcó la pareja más en forma del fútbol actual, Benzema&Vinicius. 'Carletto' ha diseñado un camino hacia el éxito que desprende unas ideas más claras que las rojiblancas, sustentado por un talento al servicio del equipo. Ver a Benzema en campo propio, con Kroos, Vinicius, Asensio y Modric replegando sin balón, en orden y a tiempo, más cerca de Courtois que del portero rival, dice mucho del mérito de Ancelotti. Qué cosas, ahora hay cachondos que a eso le llaman emboscada, y con el Cholo son actos de amarrateguismo y falta de ambición.
En lo que no hay debate es en la ventaja que le llevan a los rojiblancos en convicción y fe, y lo incontestable de su liderazgo en Liga y en Champions. A los del Cholo les quedan ocho semanas para los octavos ante el United, suficiente para revertir la situación y recuperar sus señas de identidad. La búsqueda del equilibrio entre Oblak y Suárez empieza en el Pizjuán y, para mí, hasta que no se demuestre lo contrario, sería en ese orden, empezando por el esloveno y seguido por el uruguayo. Vamos, emboscada a emboscada, como dirían algunos.