El Barça, la Europa B, el 'Defecto' Xavi y Vinicius
Me desperté con una sonrisa indisimulada en los labios. Pero por si acaso encendí el móvil y miré la web del AS para comprobar que lo sucedido no había sido producto de un sueño húmedo e ingenuo por mi parte. Para mi sorpresa y satisfacción, constaté que efectivamente el Barça está fuera de la Champions y que le espera la previa de la 'prestigiosa' Europa League. Si esto me lo dicen en septiembre me hubiese parecido una broma sin sentido y hasta hubiera pagado de mi bolsillo si ello ayudase a que ocurriera, pero jamás lo habría imaginado como algo factible y tangible. Pero es así. El Barça está fuera del Star System y ahora se verá abocado a jugar como un meritorio, como un becario de esa Europa B en la que lo mismo te toca buscarte las habichuelas con el Glasgow Rangers que con el Braga. Es curioso que en un mes hemos pasado del Efecto Xavi al 'Defecto' Xavi, aunque tampoco hay que achacar a la gloria del fútbol español y azulgrana la máxima responsabilidad de un fiasco que estaba más que cantado. Es curioso que, como dice un amigo mío malicioso, Xavi ha pasado de estar feliz y confortable en el Al Sadd a sufrir ahora el oprobio de estar en el equipo de Al Carrer...
Pero como los humanos no tenemos remedio, ahora que se acerca el sorteo del lunes en Nyon se mete en mi cuerpo y mi alma un sentimiento más cercano a la misericordia que a la ira revanchista. Imagino que a las 12:30 de la mañana ya sabremos en Suiza quién nos ha tocado. Que si el PSG, que si el Chelsea, que si el Benfica... Pero cuando alguien pregunte cuál es el rival del Barça alguien dirá desde el otro lado de la Redacción del AS que hasta la una de la tarde no arranca su bombo. No quisiera verme en el pellejo de los culés. Esa sensación va a ser dura de asumir para aquellos que hasta hace bien poco proclamaban ser dueños de la fórmula del estilo, del ADN, de los valores y del fútbol ejemplarizante sin fronteras.
El Barça está inmerso en la "nueva era" que anunció Xavi sobre las cenizas de Múnich, que les puede tener vagando por los campos de esa Europa que viaja en un tren low cost, como el Talgo que Renfe sacó hace meses para unir los destinos de Madrid y Barcelona. Los amantes del fútbol de alto copete y del Barça pueden subirse a esos vagones y desde febrero que entren al Bernabéu o al Wanda para ver partidazos de tronío. Incluso, podrán ver a mi adorado Vinicius. Él solo y en 90 minutos en Kiev ante el Shakhtar metió tantos goles como ha logrado el Barça en toda la fase de grupos (¡solo 2!). Esto es una gozada para los madridistas. La Blanca Navidad se ha adelantado dos semanas. Efectivamente, no era un sueño. Está pasando. Qué cosas tiene el fútbol...