Vini marca el ritmo de LaLiga

Desde hace tiempo, Vinicius ha pasado de ser siempre el objetivo de los irrespetuosos memes de cuatro graciosillos buscando fama en la selva de las redes a convertirse en el protagonista de las mejores jugadas jornada tras jornada. En Anoeta, el brasileño se marcó otro recital. A su verticalidad habitual y su puntería de cara a gol, sumó un compromiso defensivo impagable para Ancelotti y para el grupo. Cuando el jugador más desequilibrante ahora mismo de Europa es capaz de dejarse la piel para robar una bola en el 84' y con el partido decidido, ninguno de sus compañeros se puede permitir el lujo de relajarse. Vinicius ha roto definitivamente a crack y está respondiendo a lo grande a la infinita confianza que el club le ha demostrado desde el primer día que se decidió a invertir 40 millones de euros por un chaval que apenas había salido de Brasil.

Su progresión ha sido meteórica y, lo que es todavía mejor, no parece tener fin. Cimentado sobre un físico espectacular que el chico cuida con mimo día a día, y con la humildad suficiente para reconocer los puntos débiles y trabajar con constancia para mejorarlos. Y con un entorno volcado en su evolución y una gran capacidad para escuchar y quedarse con los mejores consejos.

Vini no se achantó ante los eruditos que afirmaban rotundamente que el gol no se podía mejorar; optó por la vía del trabajo en silencio para dejar a la mayoría de los expertos con el culo al aire demostrando que la puntería es un don que también se puede mejorar con voluntad y esfuerzo. Ahora, con el firmamento futbolero rendido a sus veloces piernas, el brasileño tiene que mantener la cabeza fría y las ganas intactas para continuar el camino que le puede catapultar a ser el futbolista más decisivo de la próxima década.