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opinión

Lewandowski, Pedri y Kjaer son también de oro

A caballo regalado no se le mira el diente, pero la verdad es que a Lewandowski ayer le entregaron uno sin dentadura. France Football se sacó de la manga un premio que no estaba en el guion para intentar consolar al extraordinario delantero del Bayern, al que el año pasado birlaron el Balón de Oro y que soñaba con ser recompensado ayer en París. En lugar del Balón de Oro se volvió a Múnich con un trofeo que le reconoce como lo que ya sabíamos que era: el mejor goleador del mundo. Un reconocimiento que la Bota de Oro y las matemáticas ya le habían dado. Para disimular un poco el desplante, la revista francesa se inventó otro premio al mejor club que cayó en manos del Chelsea. Dos distracciones son mejor que una.

Salvada la situación incómoda con Lewandowski, que recogió su premio con una sonrisa mostrando que es elegante en el campo y fuera de él, hubo tiempo para quedar bien con todos. No faltó los in memoriam a Gerd Müller y Maradona (este también con un año de retraso) e incluso Pedri, activista mediambiental reconocido, pudo acordarse de los habitantes de la isla de La Palma. Un gesto hacia sus paisanos canarios que vuelve a demostrar que este chico, además de tener cara de bueno, lo es. La aparición posterior de Drogba regalándole una botella hecha con materiales ecológicos quedó bastante forzada, como si la organización quisiera demostrarle al mundo que también son buena gente.

Más sincera fue la mención a Kjaer, que en la Eurocopa le salvó la vida a Eriksen y al que Drogba, en nombre de todos, agradeció su determinación. Aquello sí que merecía un Balón de Oro.