Transcurrido un tercio de temporada, 18 partidos entre Champions y Liga, es momento de hacer un análisis de lo realizado por el Atlético del Cholo, y no la auditoría que hicieron los "amigos de Simeone" en noviembre.

Para examinar lo aportado por los rojiblancos en estos tres meses, bien nos podría valer como ejemplo el partido ante el Milan, en una alineación cargada de jugadores ofensivos, pudimos ver como la propuesta fue la que tantas alegrías nos ha dado en la etapa cholista. Dibujo en muchas fases de partido de un 1-4-4-2, agazapados y esperando aprovechar algún desajuste de los italianos.

Seguramente, en otra época, esa propuesta del Cholo hubiese sido representada por un centro del campo granítico, con Koke-Kondogbia-Llorente y Rodrigo de Paul. En la actualidad, y viene de la temporada pasada, el Cholo (y miren estadísticas de posesión) ha dado un paso adelante dándole más oportunidades al talento, para muestras recientes partidos ante él Valencia o el Betis, rodeando a Luis Suárez de jugones que lo abastezcan.

Lo que chirrió ante los italianos fue que ese talento estuviese más preocupado de destruir que de crear. Para esa fórmula, mejor el centro del campo granítico, dejando a Griezmann y Carrasco para ir al espacio. Nunca en la época del Cholo hubo una plantilla con tanta calidad. Encontrar la fórmula de mezclar talento y filosofía cholista es el trabajo que tiene Simeone esta temporada, porque a día de hoy, el diagnóstico es que no terminamos de identificarnos con el Atlético de Madrid 21/22.