Tiraspol es madridista
Historia que tú hiciste. El Madrid, un club legendario con casi 120 años de historia (los cumplirá el próximo 6 de marzo), ha jugado prácticamente en todos los rincones del planeta. Pero nunca lo había hecho en Moldavia. O mejor dicho, en Transnistria, que no quiero que se me enfade la buena gente de este rincón de la extinta Unión Soviética. Tiraspol, la capital de este peculiar país que cumplirá 30 años el próximo verano, ya puede decir que esta noche vivió uno de los grandes acontecimientos de su joven historia. Recibir al Real Madrid te marca para siempre. Seguro que dentro de varias generaciones de transnistrios, los abuelos dirán a sus nietos: “¿Sabes que aquí jugó una vez el famoso Real Madrid de España? Había uno rubio y pequeñito que jugaba como los ángeles, Modric; un delantero centro que era un artista con el balón en los pies, Benzema; un extremo zurdo brasileño que parecía Pelé, Vinicius; un alemán que jugaba con una regla y un cartabón en sus botas, Kroos; un tanque que ocupaba medio campo con su sola presencia y que jamás concedía un metro al enemigo, Casemiro; un portero que era más grande que el Muro de Berlín, Courtois; un austriaco con una zurda de seda y la personalidad de un ejército, Alaba... Nieto, nieta, fue un día de Fiesta Nacional para los que tuvimos el privilegio de vivirlo...”.
En octavos. El equipo de Ancelotti es el único de los cinco españoles que están en la actual fase de grupos de la Champions que ya están matemáticamente en el cruce de octavos. Es lo que hay. Cuando suena el himno de la competición soñada por todos y el Madrid aparece en escena, todos callan, miran y esperan turno para pedirle un autógrafo a sus jugadores. El Madrid fue, es y seguirá siendo el Rey de Europa, el jerarca de esa Copa de Europa que pone a cada uno en su sitio. El verdadero Sheriff es el Madrid. Hubo tantos memes burlones con la accidental derrota del 1-2 del Bernabéu que el equipo transnistrio se vio desbordado y vapuleado por un rival que jugó en primera persona y sin concesiones. Jugando así este equipo puede aspirar a las más altas cotas. Entre Los Cármenes y Tiraspol ha enchufado siete goles y solo uno encajado. La tropa de Ancelotti sigue en plan conquistador. Mientras otros sufren pesadillas con el fantasma de la Europa League acechando sus cabezas, el Madrid mira el calendario para centrarse en LaLiga (Sevilla, Athletic, Real Sociedad, Atleti...) mientras se plantea el partido con el Inter con la tranquilidad de saber que hasta el empate le garantiza la primera plaza del grupo y el factor campo a favor en el cruce de octavos. Buen plan.
Gracias Bayern. El campeón alemán se ganó nuestro afecto eterno por el famoso 8-2 al Barça, pero también hay que agradecerle que no renovase en su momento ni a Toni Kroos ni a David Alaba. El club blanco estuvo al quite y fichó a los dos cracks, que en Tiraspol se matricularon con dos golazos en la primera parte. Los 25 millones por Kroos son una propina por la calidad majestuosa de Toni. Y que Alaba haya venido gratis es una bendición. Danke, Bayern.
Va por ellos. Este triunfo va por Eduardo, de la Peña CEE de A Coruña (“Roncero, somos como nuestro Madrid, el único equipo español que sabe representarnos en Europa con grandeza”). Y va por mi amigo Claudio, de Lérida, que ha cumplido 42 años más feliz que un ocho. Y no me refiero al Bayern. Hay que reconocer que la semana ha sido redonda para el madridismo. Su equipo ha ganado con solvencia en dos salidas complicadas a priori. Y sus grandes enemigos, Barça y Atleti, van acumulando decepciones y tropiezos que les alejan del AVE de la Champions. Al loro, que este Madrid no estaba tan mal...