17 puntos y 500 noches
Enderezaba su adolescencia Raúl de Tomás en un internado. Driblaba su suerte Aleix Vidal tras dejar la imprenta donde trabajaba. Se echaba el petate Keidi Bare a la espalda para emigrar a Grecia, a sus 11 años y sin compañía. Retales de dónde andaba la actual plantilla perica la última vez que el Espanyol ganó en el Camp Nou. Tantas vueltas de la vida que el héroe perico de aquella velada del 21 de febrero de 2009, De la Peña, representa a una de las principales armas hoy del Barcelona, Gavi, quien de aquellas tenía cuatro añitos y dientes de leche.
Bastante menos tiempo ha transcurrido desde el último Barça-Espanyol, el 8 de julio de 2020, en el que se certificaba el descenso blanquiazul y sus jugadores ni siquiera podían alzar la vista al cielo como para implorar explicaciones, porque se topaban con fuegos artificiales. Pero, otro giro de la vida, sirvió la temporada en el infierno como pegamento para los pericos, mientras que golpe a golpe se rompía en mil pedazos el jarrón azulgrana entre el 2-8, el ‘Barçagate’, la marcha en dos tiempos de Messi…
Hoy, en el enésimo regate que da esta rivalidad, sin Messi aparece un nuevo mesías, Xavi, llegan los equipos igualados a 17 puntos, con una posibilidad de 'sorpasso' inimaginable anteayer y en los últimos 25 años, y, justo 500 noches después, lleva razón (Serrat, igual que Sabina, siempre la lleva) la pancarta que alguien colgó aquella jornada de julio y pólvora en los aledaños de Can Barça: “Hoy puede ser un gran día”.