Menos tremendismo y más trabajar
Desde que el Barça empató ante el Alavés -y a la espera de que llegue Xavi Hernández-, he escuchado a varios culés, algunos desde diversos medios de comunicación, expresar con resignación que si hoy se pierde ante el Dinamo de Kiev tampoco es tan grave, que sería incluso recomendable dejar pasar de largo la Champions y la Europa League porque el equipo está en los huesos y así Xavi se podrá centrar en armar un proyecto con un partido a la semana y sin presión. Admito que me quedé de piedra. El pesimismo es atávico a pesar de Cruyff, Guardiola y el sextete, pero esta versión absolutamente tremendista y conformista es de nuevo cuño.
Para empezar, porque estamos hablando de un Dinamo que ni siquiera disparó a puerta en el Camp Nou hace dos semanas cuando el Barça de Koeman ya estaba muy malito. Y siendo cierto que continúan en la UVI, tienen mejor equipo, con más calidad y talento individual que los ucranianos. Para terminar, porque están en la ruina y la UEFA paga muy bien: 2,8 millones de euros por victoria en la fase de grupos y 9,6 millones por clasificarse para octavos de final. Es decir, que pasar a la siguiente ronda contando con la victoria hoy y ante el Benfica en casa -y descartando la del Bayern en la última jornada-, supondría unos ingresos de 15,2 millones y no está el club para dejar pasar una oportunidad semejante. Encima, son dineros que ya están presupuestados esta temporada hasta los cuartos.
Así que no, exigir una victoria esta noche no es pedir demasiado, sino lo mínimo. Que estamos hablando del Barça, no del Sheriff Tiraspol, y la dignidad es lo último que se pierde ya sea Koeman, Sergi Barjuan o Xavi el que se siente en el banquillo. A los jugadores también se les debe pedir más y si hay un momento ideal para espabilarse y dejar de poner excusas es éste. Menos tremendismo y más trabajar, que el listón ya está lo suficientemente bajo como para que lo superen sin que resulte una heroicidad. Que de la hipérbole, también se sale.