Los del Cholo cuajaron un encuentro redondo

Tormenta rojiblanca la que padeció el Real Betis Balompié en el Metropolitano. Los del Cholo cuajaron un partido redondo: para mí la actuación más completa en lo que llevamos de temporada. Ideal, como ejemplo a seguir de cara al futuro, a diferencia del último partido ante el Levante, largo y con mucha distancia entre líneas. Los rojiblancos fueron esta vez un equipo EQUILIBRADO sin balón, con nombres propios. El primero, Carrasco y su actitud, a la hora de convertir el equipo en línea de cuatro o de cinco, según requiriese Hermoso o los pivotes. Después dos jugadores, Griezman y Correa, que se pusieron en plan gregario para arropar a Koke y a Rodrigo de Paul. Con el argentino no quiero ponerme pesado porque tengo la sensación que parece mi representado. Pero su manera de mandar contagia. Pero también abarca y crea fútbol en largo y en corto. Y eso hacen de él a día de hoy uno de los pulmones de este equipo. He querido dejarme los dibujos en el cajón y hacer hincapié en la actitud y el compromiso de los talentosos, porque al final, esa buena disposición marcan diferencias.

En cuestión de crear, el equipo divirtió a los amantes al fútbol, demostrando que de talento (más que nunca) va sobrado. Eso si, ayudado por las herramientas que le dio Simeone, con la salida de balón de los tres de atrás, filtrando pases a Griezman y Correa a los costados de Guardado y Carvallo. Ahí los rojiblancos le crearon múltiples problemas a un Montoya y a un Álex Moreno que se quedaron en tierra de nadie. Bien por Simeone y sus planos. A pesar de la importancia de los tres puntos, tiene que servir esta victoria y sus formas para ser un ejemplo claro de cuál es el camino: líderes con almas de gregarios.