La posición de Muniain y la injusticia crítica con Lopetegui

Déjenle jugar

Iker Muniain es una prueba viviente de que el talento ni se pesa ni se mide. A sus 28 años, con apenas 1,69 metros de estatura, atraviesa un período de madurez que transforma por completo el juego de su equipo. Hay un Athletic con él y otro sin él. Su presencia aclara los ataques y pone el punto de creatividad que le falta demasiadas veces al conjunto de Marcelino. Lo hace ahora partiendo desde la banda izquierda, no en la mediapunta, pero con plena libertad de movimientos. Desde ahí interviene más y aumenta su incidencia real. En la visita del Villarreal marcó un gol, provocó un penalti y generó cinco ocasiones, datos que nadie alcanzaba en un mismo partido de LaLiga desde la 2005-06. Esta realidad da respuesta a la controversia sobre su posición, un tema al que siempre se le da vueltas. A Munian le da igual jugar en un lugar o en otro porque en todos los sitios lo hace igual de bien. El que sabe, sabe.

El reconocimiento

Hay críticas justas, pero lo que no puede existir es la injusticia crítica. Lopetegui es víctima de este atropello. Se puede decir que su Sevilla está mejor o peor, que ataca más lento de lo que debería (1,26 m/s en la progresión de balón, la cifra más baja de LaLiga) o que no presiona con eficacia (apenas 36 recuperaciones en zonas avanzadas). Todo eso puede ser objeto de discusión. Pero nunca se podrá afirmar que el Sevilla no juega a nada, como se ha asegurado, ni cuestionar la condición de un entrenador que ha mostrado sobradamente su capacidad. Firme en LaLiga, seguro que el Sevilla reacciona en la Champions. Lopetegui merece otro trato.

El coloso del aire

En relación al Sevilla, conviene recordar la tentativa de Monchi en fichar a Joselu (31 años) el pasado verano. No se hizo, por suerte para el Alavés, que no sabría lo que sería de él sin el delantero. Su doblete al Cádiz solo fue la metáfora de su importancia. Joselu estuvo imperial, oxigenó al Alavés en cada salida en largo y abasteció a sus compañeros. En el aire nadie es capaz de sujetarlo. Se impuso en 14 de los 15 duelos por alto que mantuvo. La autoridad de Joselu en este registro es habitual. Ningún jugador de las cinco grandes ligas ha ganado tantos duelos aéreos (81, seguido por Mounié del Brest con 74). Con todo, la contribución de Joselu no se limita al césped. El capote posterior que echó a Calleja y a su cuerpo técnico al salir en su defensa tras la victoria del fin de semana hace vestuario y equipo.

Tres en uno

La figura de Iddrisu Baba (25 años) contiene varios centrocampistas en uno. Heredero de la raíz futbolística africana, destaca por imperativo físico. Es fuerte, veloz en espacios reducidos e incansable. Al mismo tiempo, posee un gran desplazamiento en largo, desequilibra en conducción y no equivoca lo que tiene que hacer. Todas estas virtudes dejaron su huella en el encuentro contra el Valencia, donde Baba acreditó su consistencia en la recuperación (diez robos) y participó en los dos goles del Mallorca. En el 0-1 provocó el error de Racic con su presión; en el 0-2 ejecutó una salida de manual con un envío al espacio magnífico. El código genético de Baba admite las características del centrocampista de contención, del centrocampista creador y del centrocampista con recorrido.