El equipo más querido del mundo

Esclerosis Lateral Amiotrófica. El riesgo de escribir estas tres palabras al principio de una columna, como mentar el sarcoma y el cáncer al inicio de cualquier conversación, ahuyentará a muchos. Lo sé por experiencia, pero tenía que intentarlo. Por Juan Carlos, por Elena, por todos nosotros.

En casa, el apellido manda, siempre hemos querido bien a Osasuna y sus canteranos. Y fuimos siempre de Jesús Pereda, genio y figura. Por eso y porque supuso un sonado golpe futbolístico en aquella España de 1985 en la que todo lo que ocurría en la Unión Soviética era extrañamente adictivo, de crío me impactó aquel mundial juvenil en la URSS. Lo de los chavales de Chus en ese Campeonato del Mundo Sub 20, con Sebas 'Pipiolo' Losada, el gran Fernando Gómez Colomer, Marcelino, Rafa Paz y Goiko enchufados, eliminando a los soviéticos en semifinales, tenía un punto absurdo de Tintín en el país de los Soviets que aún me dura. En aquella tanda de penaltis destacó un navarrico no muy alto, pero sobrio, mezcla extraña en tiempos de porteros locos bajitos, con personalidad, hoy diríamos, indurainesca. Aquel subcampeonato, luego perdimos en la final con Brasil (1-0, gol de Henrique), fue vivido con inusitado interés desde España, y Juan Carlos Unzué fue el baluarte que siguió creciendo a su regreso a Tajonar.

Cuidó la puerta de Osasuna, Barça, Sevilla, Tenerife y Oviedo, y se abría paso como entrenador con librillo propio justo cuando llegó la noticia de su enfermedad y, sin saberlo, empezó a cuidar de todos nosotros. El vídeo grabado en la caseta de Osasuna de este número 1 es la mejor lección de vida que puede ofrecernos el fútbol. En lo inmediato, animó a Osasuna a ganar en Villarreal, pero nos deja un poso eterno a todos los que hemos pasado estos diez minutos por el vestuario en el que creció como futbolista y como persona. Unzué firmó hace más de un año por el equipo "modesto y comprometido" de los pacientes de ELA. Como esos clubes pequeños que de vez en cuando se asoman a la gesta, y de los que todos nos hacemos un poco hinchas, este equipo, que es el de los familiares y acompañantes de los enfermos, el de todas las víctimas pasadas y futuras, ya ha triunfado. El de Unzué es el equipo más querido del mundo.