El vaso, medio lleno

El Real Valladolid empató en El Toralín y se le niega la victoria en el Bierzo. Siguiendo con las tradiciones, Yuri le volvió a marcar al Pucela y también lo hizo de penalti. Pudieron llevarse los tres puntos los de Pacheta y también volverse de vacío, así que habrá que valorar como positivo el punto sobre todo por las sensaciones que mostró el equipo en la última media hora del encuentro ante una Ponferradina que contaba por victorias todos sus partidos como local.

En el debe pucelano está que hasta que no se puso por debajo en el marcador estuvo un poco tímido en ataque, apenas inquietó a Amir y sólo Plata pudo batir al meta iraní, tan felino en sus intervenciones, como falto en la técnica de agarre del balón. Pero lo cierto es que, coincidiendo con la salida de Roque Mesa del campo, Aguado asumió galones y con una versión mejorada de Alcaraz, el Valladolid empezó a dominar hasta darle la vuelta al marcador en menos de cinco minutos.

Sin embargo, los partidos en El Toralín son muy largos y si, encima, está Yuri enfrente, más. Él solo se trabajó el penalti y la expulsión de Queirós, que estuvo un poco verde en esa acción, pero que viene acompañado de que otro compañero se queda enganchado en la línea de fuera de juego. Tampoco son positivas las nuevas lesiones. Esta vez le tocó a Olaza antes de comenzar el partido. Pacheta tendrá que hacer malabares, de nuevo, para sacar un once equilibrado ante el Málaga.

Pero con todo y con esto yo quiero ser optimista. Creo que el Real Valladolid demostró ayer que cuando se pone a jugar al fútbol tiene jugadores muy buenos que pueden poner en dificultades a cualquiera. Ante uno de los rivales más en forma de la Liga, los vallisoletanos estuvieron cerca de hacer caer el fortín de El Toralín y entre las buenas noticias hay que contar que Aguado sigue creciendo, que Roque Mesa está implicadísimo, que Sergio León convence cada vez más por su alta participación en el juego y que Weissman tiene intacto su olfato goleador. Buenas noticias que hay que seguir refrendando. Mejor ver el vaso medio lleno.