Carletto ventila el equipo
Hace unos meses imaginar un Madrid en el que no estuvieran ni Modric ni Kroos ni Casemiro hubiera sido enfrentarse al abismo, hoy casi apetece seguir viendo rostros nuevos en el medio. La pareja Camavinga – Valverde multiplica las revoluciones, es como pasar de diésel a gasolina súper. Ancelotti sabe que el físico de estos dos futbolistas le tiene que dar mucho oxígeno al equipo en la dura temporada que tiene por delante. La fulgurante entrada del joven francés, que juega como si llevara dos o tres años en el club, ha agitado el vestuario y ha hecho que muchos se pongan las pilas. Eduardo es impetuoso a sus dieciocho años, pero tiene un entrenador que sabe dirigir bien la carrera de los jóvenes y le llevará por el buen camino.
Asensio es otro ejemplo. Carlo lo sacó del extremo, donde se perdía y no aprovechaba sus mejores virtudes. Al centrarlo y acercarlo al borde del área, Marco puede explotar mejor su combinación en espacios cortos y su disparo. No va a tener fácil ser titular, pero el entrenador, al que vimos ante el Mallorca colocar y corregir constantemente al jugador, va a tenerlo preparado, no como las últimas temporadas. Rodrigo parece otro futbolista, atrevido y confiado. El año pasado el brasileño apenas desbordaba, como si tuviera miedo a fallar. Hoy es un jugador rápido e intenso, que aparece mucho por el área porque sabe que es lo que espera de él el entrenador.
Si a esto le añadimos la juventud de Miguel Gutiérrez, de Militao y de Vinicius estamos hablando de un cambio generacional que está apareciendo en el once del Madrid gracias a Ancelotti. Por supuesto que el italiano no va a despreciar la experiencia de los veteranos, ni mucho menos, la pondrá en valor dosificando y administrando su presencia, pero el impulso y el vértigo que necesitaba el equipo se lo están dando los jóvenes. Chicos que necesitan que se les dirija, se les corrija, se les anime, se les enseñe, se les conduzca hasta su mejor rendimiento. Vamos, lo que hace un entrenador.