Partido abierto. El Real Madrid recibe, ya en el Santiago Bernabéu, a un Celta de Vigo que no ha conseguido la victoria en los tres encuentros disputados en LaLiga. Se espera un partido abierto, donde se puedan encontrar los espacios, ya que ambos equipos tienen propuestas ofensivas prácticamente innegociables. El Chacho Coudet ha definido la forma de jugar de los vigueses, siendo una escuadra muy reconocible y divertida para el espectador.

El sistema. Empezamos repasando su sistema de juego, donde se mantiene el 1-4-1-3-2, con los cuatro centrocampistas formando un rombo, provocando que el juego interior tenga mucha riqueza a la hora de juntar a futbolistas como Denis, Nolito, Brais, Iago Aspas y Santi Mina. Los extremos de ese rombo juegan muy cerrados y otorgan la responsabilidad de la amplitud a los laterales, puesto fundamental para que el juego ofensivo del Celta pueda funcionar.

Juntar por dentro para terminar por fuera. Le está faltando lucidez e inspiración al Celta en el último tercio del campo en este inicio de curso porque el funcionamiento colectivo y sus números en cuanto a posesión son similares a los de la temporada anterior. No está generando todas las situaciones de gol que se le suponen a atacantes de buen nivel como los que tiene en plantilla. De hecho, el único gol a favor que lleva el Celta ha sido de penalti. Por este lado está el margen de crecimiento de los celestes. Ya hablando de aspectos defensivos podemos decir que es un conjunto que intenta defender hacia delante, presionando con agresividad en el campo del rival y que consigue incomodar los inicios y las construcciones de los ataques del oponente. El problema lo tiene cuando superan esa primera línea, en los costados de Renato Tapia que, a pesar de ser un mediocentro con gran recorrido y capacidad defensiva, a veces se encuentra con demasiado terreno que abarcar.

Penalizar los espacios. Ahí hay ciertas similitudes con lo que le ocurre a Casemiro en el Real Madrid. Si los de Ancelotti tienen un día fino con el balón deben intentar penalizar los espacios a los lados del jugador peruano, zona vulnerable del cuadro gallego. También se debe intentar cargar el área con muchos posibles rematadores ya que el Celta es la defensa que más porcentaje de remates ha concedido cerca de su portería en lo que llevamos de campeonato.