Si esto no es adulteración, lo parece…

El aplazamiento del Sevilla-Barça y del Villarreal-Alavés me parece una decisión arbitraria, poco meditada y que obliga a poner el grito en el cielo a los otros equipos que están en la lucha por diferentes objetivos. Resulta que el Barça tenía una salida peliaguda al Pizjuán ante un rival directo en la lucha por la Liga, cita en la que era baja Pedri, que ha estado de vacaciones y, por lo tanto, no se encuentra en el estado de forma ideal que posiblemente tenga cuando finalmente se dispute este encuentro. También es lógico pensar que Ansu Fati estará listo para ese partido de Nervión, mientras que para este fin de semana hubiese sido baja segura al no estar en condiciones de reaparecer. Sólo son dos ejemplos, pero seguro que el Atlético de Madrid y el Espanyol, que también tienen sus internacionales, hubiesen preferido un aplazamiento al igual que el Madrid de Ancelotti y el Celta de Coudet, que se verán las caras este domingo a última hora de la noche.

Además, el calendario en año de Mundial deja pocas fechas libres, por lo que no es descartable que incluso esos partidos se jueguen con la segunda vuelta ya iniciada, lo que sería un despelote de credibilidad para una Liga que lucha por crecer a la misma velocidad a la que se le han fugado sus principales talentos en estos últimos años (Cristiano, Neymar, Ramos, Messi…). Siempre ha habido bajas tras los parones internacionales y me parece absurdo aplazar dos partidos por cinco o seis jugadores afectados.

Las plantillas se hacen cada vez más profundas para evitar esos problemas y, por lo tanto, es una contradicción tomar este tipo de decisiones que como mínimo incitan a pensar que la competición pueda quedar adulterada. Definitivamente, nuestro fútbol es más noticia últimamente por lo que ocurre en los despachos que por lo que sucede en el terreno de juego. Una pena…