El rendimiento y el dilema con Soler y Llorente
Con la victoria ante Georgia, España gana más de lo que parece. La obligada goleada reubica las posibilidades clasificatorias, supone un estímulo de confianza y da una pincelada diferente al estilo. La titularidad de Marcos Llorente y Carlos Soler en los interiores retocó el planteamiento. España siempre va a jugar con la misma idea, pero está abierta a matices que incorporen mayor agresividad y verticalidad con balón quedando expuesta a perder cierto control. Sobre el papel se lo puede permitir ante rivales como Georgia. Y en el campo el plan de Luis Enrique salió a la perfección. Soler, que ya fue el mejor frente a Suecia, gobernó la zona de tres cuartos al crear ventajas continuas a Gayá, sincronizarse con Sarabia y habilitar a Llorente en el otro perfil. Lo hizo tanto cuando el balón pasaba por sus botas como con sus movimientos a distintas alturas. Se abría a la izquierda de Laporte, se ofrecía por dentro arriba y atacaba el espacio entre lateral y central. Fue una demostración más de su espléndido inicio de temporada.
En la posición que cambió su carrera, Marcos Llorente también adquirió un protagonismo mayúsculo en los ataques elaborados de España. Con Ferran fijando en la banda derecha, sus movimientos hacia la línea de fondo machacaron una y otra vez a la consumida defensa de Georgia. Posiblemente no hay jugador en la actualidad que entienda tan bien este tipo de jugada. Asimismo, las apariciones a la ruptura de Llorente congenian con la carga del área de Carlos Soler. Su alineación conjunta conlleva tener dos interiores de vocación ofensiva, notables en los desmarques y llegadas desde segunda línea. Ahora bien, todo plan tiene sus ventajas e inconvenientes. La personalidad futbolística de España se ha expresado siempre en este siglo bajo el dominio total del juego y el cuidado de la pérdida. Este guion reclama quizá que, al menos, uno de los interiores tenga un perfil más conservador cuando vengan curvas, como contra Italia en la Liga de las Naciones. Entre el Koke-Pedri de la Eurocopa y el Llorente-Soler del Nuevo Vivero hay un término medio. Los triunfos, en ocasiones, traen dilemas. Y solo Luis Enrique tiene la respuesta.
Agresividad posicional
Soler se sitúa en una zona del campo adelantada para estirar la línea defensiva de Georgia. Laporte conecta con Sarabia en la banda y Soler rompe hacia la línea de fondo. Jugada bien elaborada de España.