La gente reparará hoy en la tele en la delgadez de Luis Enrique, que evoca a los personajes de El Greco. Que no cunda el pánico: el que está delgado y no es de hambre, es que es duro como un alambre, decía mi padre. El asturiano se ha metido entre pecho y espalda muchos kilómetros en bici este verano por la Sierra del Sueve, incluido el Picu Pienzu, y se ha quedado afilado como una navaja. Mientras me fijo en que el seleccionador no es el único que ha llegado de vacaciones justo como nunca lo hizo Cassano, veo en lontananza la quijotesca figura de Albiol, que acude para la entrevista con AS. Junto a él camina Ferran Torres. Está en forma.

Una pena que Pep le desaproveche. Me da que Ferran va a ser un jugador grande. Y además divertido, porque tiene regate y velocidad. Cuando tenga regularidad con el gol será un jugador importante. En tanto saludo a Ferran me llama Albiol. Otro valenciano que se perderá Las Fallas por los partidos de España, pienso. El único que queda en la Selección de los héroes que ganaron las dos últimas Eurocopas (2008 y 2012) y el Mundial 2010. Ya detrás vienen Busquets y Jordi Alba, con un Mundial y una Euro. Y después, el desierto. Mientras charlo con los valencianos reparo en los tiempos de Albiol en el Madrid, y en que ahora no haya ninguno en la Selección. Pero hay trazas blancas, guste o no, y entre ellas las de dos valencianos de pro: Albiol y Ferran.