Una jaula de grillos
El FC Barcelona se ha convertido en una jaula de grillos en la que el ruido es insoportable y lo único que importa es elegir trinchera para disparar a bocajarro al contrario. Son los Montescos y los Capuletos, los Jets y los Sharks, pues anda que tú, y tú más. Todos juntos y bien revueltos. El club está en bancarrota por culpa de la desastrosa gestión de Bartomeu y no se sabe aún cuál es el plan de Laporta más allá de ir de la manita con Florentino Pérez en la Superliga, pero ambas certezas son despachadas sin miramientos porque las dos a la vez, al parecer, no pueden ser. Y con este ambiente guerracivilista, y con un Koeman que en la previa ante el Getafe apuntó a los despachos para dejar claro que a 32 jugadores no hay entrenador que los gobierne, llegó el partido.
Un partido con una segunda parte desastrosa del Barça perdiendo balones como si no importaran, con pitos a Griezmann y rezando para que el árbitro pitara el final. Un partido en el que la buena noticia fue Memphis, que solucionó la papeleta con su gol y los 20 minutos de un chaval de 17 años, Gavi, que al menos le pone ganas. Un partido que volvió a terminar con Koeman defendiendo con cinco y reclamando a la directiva que le saquen de encima a jugadores que no quiere. Un partido para olvidar.
Entre los que no están, los que no se van, los que no pueden venir porque no hay dinero y los que se pelean entre ellos, el cuadro que queda es tremendo y esto no ha hecho más que empezar. En el batiburrillo no hay quien se entienda y no se atisba una solución, un armisticio, que dé un poco de tiempo para recomponerse y respirar en el vendaval. Se están haciendo daño entre ellos y todos van cargados de razones que vuelan como puñales. Y mientras, juega el Barça que da pena verlo. Y hasta eso, que era tan importante hasta hace poco, queda ya en un segundo plano. Aún hay tiempo de sobra para revertir el clima tóxico, pero aquí nadie sabe exactamente cómo ni cuál es el plan porque cantan los grillos a todo trapo.