"Papá, es un sueño que venga Kylian Mbappé"
Uno, que está matriculado en la Universidad Galáctica (lógico tras asistir a las presentaciones de Figo, Zidane, Ronaldo, Beckham o Cristiano), muestra su ilusión con moderación ante la inminente llegada de Mbappé. Tengo una alegría que disimulo como puedo, pero suelen decir que los críos son como el algodón: nunca engañan. Ayer me sorprendió mi hijo Marcos (18 años), al dirigirse a mí en estos términos: "Papá, es un sueño que venga Mbappé. Creía que nunca iba a llegar este momento. Es una pasada que se lo quitemos al PSG. A este chaval hay que hacerle un monumento por todo lo que ha hecho por venir al Madrid, perdiendo dinero y todo. No sé cómo no estás más nervioso". Me dejó descolocado, pero tenía razón. Ese cosquilleo lo viví con Ronaldo, en esa noche del 31 de agosto que parecía no tener fin. Mi hijo no conoció a los Galácticos y lo de Cristiano le pilló con seis añitos. Kylian es su primer Galáctico de verdad. Y está en una nube.
El gran Ibai Llanos lo resumió muy bien en un tuit: "Lo de Mbappé es para analizarlo, eh. Se va de su país y del club de su ciudad, cobrando como 15 kilos menos al año. Va a venir con un dorsal de m..., sin una presentación galáctica por el COVID y le ha dado igual el fichaje de Messi". Pues sí, Ibai. Todavía quedan jugadores que se mueven por romanticismo, por ver cumplido un sueño que tenían desde niño. El Bernabéu ha tomado nota. Kylian, ya eres uno de los nuestros.